Dos meses después vuelvo al blog, tras un fracaso estrepitoso que me hizo plantearme muchas cosas y del que creo he salido reforzado.
La carrera empieza en el año 2013, yendo de camino a Madrid-Segovia, paro en un bar a comer y me inscribo, dos meses después una inoportuna lesión (cual lo es) me hace llegar bajo de forma y no llego al corte, este año debía cobrarme venganza, pero a punto he estado de no volver, esta vez la lesión era sicológica y solo la carrera de catí me devolvió la moral, eso y los apoyos.
V YETI TRAIL
Madrugón habitual de día de carrera y a las cinco y media pasadas nos vamos a la pedanía de El Berro en Sierra Espuña (Murcia), paraje idílico del Sureste y lugar que tengo que visitar para subir y entrenar, se tarda una hora. Vamos Rai, Jesús y yo, esta vez Dulcinea no viene. Entre risas y nervios llegamos temprano y podemos aparcar cerca de la meta, enseguida empiezan los saludos, estoy en mi salsa saludando a la mayoría e intentando explicar las cosas de mi cabeza, pero a Jesús y Oscar poco les puedo decir, están peor que yo, jeje.
La salida es a las ocho y cuarto, muchos inscritos no han venido y de la organización me preguntan si estaba bien explicada la hora, en mi opinión la lluvia que se hay prevista ha hecho que muchos se lo piensen y quizá hayan hecho bien, al final hubo muchas torceduras.
Se da la salida, al principio bajamos y a correeeeeerrrrrr, pero enseguida giramos y empieza la senda que nos lanza los primeros kilómetros y nos hace entrar en calor, cuando puedo adelanto y al hacerlo veo el hueco que había por delante, voy un rato solo al quedarse los de detrás, hasta que llego al nuevo grupo con Fran Nortes entre otros, Nico se ha doblado el tobillo y lo tuvo que dejar. Voy bebiendo y se me van unos metros, al hacer un giro y saltar un tronco, no se por qué, lo piso en vez de saltarlo y me escurro, sangre en la pierna y los guantes evitaron daño en las manos y eso sin caer. Empezamos a subir de nuevo tras una pequeña bajada y llegamos al avituallamiento del 7,5, es solo líquido y relleno la botella de la que había bebido la mitad, me como un dátil de los mios y empieza una subida que esta vez no corro y nos lleva hasta el km trece aproximadamente. En esas me encuentro con el Sr. Tudela, hay que sonreir para la foto y Pedro José Albaladejo (al final me sacó casi una hora) con el que voy un rato. Una zona de cresteo con fotógrafo que pasa de mí y tras una parte algo técnica me lanzo hacia abajo, hacia una parte de zig zag donde hay otro compañero lesionado atendido por las asistencias, en esa bajada fue donde me caí el año pasado y me vine abajo, esta vez bajo a buen ritmo, no tan rápido como los demás que se van alejando poco a poco. Aquí me lio y pensaba que el avituallamiento estaba en el km 15 y me viene un bajón pensando que estaba tardando demasiado, por suerte estaba ya en km 20 y faltaba poco para el mismo y primer punto de corte. Llego en tres horas y cuarto al 21 y ahora tengo hora y media para el siguiente corte, el duro, aunque son solo siete kms, se hace largo.
Comienzo a subir y al principio me cuesta, las zonas muy empinadas hasta el morrón de Espuña (creo que es el nombre) me van muy mal últimamente, pero en el momento que suaviza un poco puedo coger ritmo de crucero, saco el fuet y me tomo las primeras sales naturales. Empieza a llover, pero todavía aguanto para no coger el chubasquero, senda muy bonita y hacia la canaleta, la lluvia aprieta y justo en mitad de la peligrosa bajada me paro a ponérmelo. Si alguna vez he tenido cabeza ha sido aquí, por un lado tenía que apretar para el corte, por otro lado estaba la zona peligrosa por el agua y el barro, se me pasan cientos de cosas por la mente en esos momentos y hago la mitad, troto en la zona más técnica y corro en el resto, con un par de sustos al escurrirme, pero nada que no me pase sin lluvia, por lo que en el último tramo antes del final (entonces no lo sabía) decido ir a full como dice kiko y olvidarme del miedo y que pase lo que tenga que pasar y entonces oigo coches, se acaba la bajada de la canaleta y puedo respirar. Se que es complicado, pero sería posible que los organizadores les dijesen a los voluntarios en el km que están, cuesta tan poco. Un tramo de carretera que hago andando de espaldas unos metros y enseguida cojo ritmo para el avituallamiento donde el año pasado me quedé. Me cruzo con los que van al corte, pero llego con diez/quince minutos de adelanto y sin haberme exprimido demasiado. Dejo un envoltorio que me encontré por el camino y me preparo para la subida fuerte del día.
Son unos quinientos metros de desnivel en poco mas de un kilómetro, creo, voy sin GPS. Coincido con dos chicos de Elche que van con palos, en este tramo me acuerdo de los míos, fallecidos en Botamarges. Es dura, se hace dura, empieza a hacer calor, por poco tiempo, solo un rato, y subo y respiro y subo y me paro y subo, aprovecho para hacer unas fotos. Me encuentro los primeros mareos de compañeros, por las fotos de después no los he visto en meta, aunque al cambiar de ropa igual no los vi llegar, voy recuperando sensaciones y cada vez veo mas lejos el inicio, las vistas son espectaculares y por fin llega el aire, síntoma de que estamos arriba, giro y subida en forma de zig zag en la que puedo trotar un rato, nuevo compañero con problemas pero que mas tarde se recuperó y me pasó como una bala. Nuevo tramo y llegamos a la famosa senda del caracol, ahí sacan su móvil los paisanos y fotaka para la posteridad.
Cuando estamos terminando la subida, el aire aprieta de lo lindo y me abrocho el cortavientos por encima de la mochila, voy incómodo, pero no hacía tiempo para cambios allí. Aquí llega lo que hay en todas las pruebas, en botamarges el castillo, en La Perimetral la llegada al pueblo y las escaleras, en la Trans la vuelta por el rio, MAGOVIA y su recorrido por toda la ciudad cuando no hay nadie para esperar y aquí es la subida al morrón chico (creo que se llama así), cuando piensas que ya has acabado de subir, te mandan para allá y en esa zona llegan mis problemas; una subida que tengo que hacer apoyando las manos hace que fuerce y me empiecen las rampas en abductores y gemelos, tengo que estirar unos segundos y sigo, prefiero subir con el dolor y llegar al control. Aprovecho la "casa" y me quito el cortavientos para ponerme la mochila por encima ya que no parecía que lloviera e ir más cómodo. Apuntan el dorsal y ya sí, para abajo, en ese tramo me cruzo con Fran Nortes, Rai y Jesús, detrás vienen los escobas, lo que quiere decir que nadie mas ha conseguido pasar el corte.
En la bajada uno de los ilicitanos se dobla el tobillo, por suerte puede continuar e incluso llega a adelantarme, yo voy con precaución, mis zapatillas han dado mas de lo que se les puede pedir, teniendo en cuenta lo que me han costado y empiezo a sufrir con los pies, pero solo quedan diez kilómetros y por el perfil, es bajada. Al principio son muchas piedras, pero por suerte el aire ha secado las piedras y no está peligroso, aunque hay que ir con precaución; por fin llega el avituallamiento y veo que es el 35. Llevo 6,40 y quedan nueve kilómetros, por primera vez me doy cuenta de que voy a llegar, por muy complicada que sea la bajada, tengo hora y veinte. Un primer tramo técnico nos lleva a una senda preciosa para correr y que es ruta senderista, ahí me encuentro con un grupo que amablemente me deja pasar, excepto algún despistado que hace que me salga del camino y casi...en fin. Es el sitio ideal para correr, está blando, con curvas y pequeñas subidas que entretienen y me hacen estar atento, todavía no he tenido la caída habitual y queda poco tiempo. termina la senda y miro el reloj, no se los kms que llevo y no veo nadie delante, solo algún senderista que está por la zona. Llegan unos tres kilómetros de pista que se me hacen eternos y eso que son para abajo, hasta que veo un avituallamiento con el que no contaba, no por parar, sino por ver los kms, pone 40,5 y oh sorpresa, tiene cerveza de la que pego un trago que me sabe a gloria. Continuo sabiendo que son solo tres kilómetros para el final y me encuentro con Jose Pablo que me hace unas fotos y aprovecho para decirle que avise a mis compañeros de que estoy aflojando para esperarles. Miro para atrás y no les veo, por lo que decido seguir y verlas venir, por el camino me encuentro con Raúl, el ilicitano del esguince y le digo que vaya con calma, sobre todo por lo inestable de la rambla. Tiene que faltar poco, pero empiezo a agobiarme, no voy mal, pero estoy cansado de estar tantas horas, no se, es una sensación extraña, de alegría por un lado y de duda por otro, no se si esperar a Jesús y Rai o ir hacia la meta, al final decido lo segundo y vuelvo a correr.
Un Policía Local me da paso, entro en el pueblo y me voy cruzando con corredores que han terminado hace rato o están comiendo en los bares, sus aplausos me hacen correr más deprisa, bromeo con unos niños y me acuerdo de que llevo el dorsal en el bolsillo, lo saco y me dirijo hacia la meta, lo he conseguido, dos años me ha costado dominar al Yeti, el que por cierto no ha a aparecido, los zumba@s damos mas miedo. Saludo a José Manuel, el otro ilicitano y cuando me doy cuenta llega Raúl, le abrazo y voy a por la cerveza, sin alcohol, pero apetecible igualmente. Ya solo queda esperar, nervioso, falta poco para las ocho horas y por fin aparecen los dos juntos, detrás los escobas, yeti terminada para ellos y V Yeti Trail que es historia.
Han sido 44 kms en 7,38 y tengo que estar contento, nada que ver con las 6,20 que hice en MAMOVA y viendo que he perdido la motivación para bajar de peso, es lo que me toca, sufrir en exceso, pero disfrutando de este mundo apasionante de las carreras de montaña.
Pero esta vez mi alegría es doble o triple, ver llegar a mis amigos a meta me dio tanto subidón como cuando lo hice yo, han sido muchas semanas de nervios. Mientras la mayoría preparan las carreras con cientos de kms de desnivel y dureza, nosotros vamos corriendo de Elche a San Fulgencio o Daimés, pocos kms y cuesta abajo, por lo que creo que lo que hacemos es para sentirse orgulloso, yo lo estoy.
http://www.asuspuestos.com/evento/yeti-trail-run-2014/resultados/general/45776