Cuatro días me duraron las agujetas y ese cansancio hizo que en Madrid solo pudiera hacer 80, aunque siendo positivo y como dicen otros, fui campeón de España en mi categoría en 80 kilómetros...
Pero eso pasó en el 2012 y me prometí no volver a ese infierno, ahora creo que es la Sierra por la que mas he corrido (lo de correr es un decir), pero sigo sufriendo como un perro.
LA PREVIA
El día antes, hay Ultra en Elche, pero prefiero hacer Callosa, este Cien no va con mi forma de correr y ya lo he hecho en una ocasión, suficiente.Lo que no quita que ayude o intente ayudar a los que lo hacen, y desde las 8, 30 de la mañana y acompañado de mi filomena, me voy la salida. Acompaño en bicicleta los primeros 28 kilómetros y después voy a varios puntos. Son la 1,30 cuando me acuesto, callosa es a las ocho, lógico, muy lógico.
Hay mas gente de lo habitual, el haber puesto una carrera de 12 es un acierto y hará que alguno...no la haga el año que viene, con doce tendrán bastante, jejeje.
Está considerada la mas técnica de la comunidad y el ver la cantidad de buenos "montañeros" que no la hacen, me da que va a ser verdad. Muchos han preferido entrenar ese día o hacer alguna de las múltiples pruebas de la zona para preparar sus retos, por suerte, algún amigo ha decidido venir.
Uno de los compañeros de mi mejor Botamarges, dice de hacerla conmigo, que quiere entrenar la Ultra de las Fortalezas y solo conoce la zona de escalar, le aviso de mi penoso estado de forma, pero a pesar de eso, lo hace,
Nos avisan del cambio de recorrido, en vez de ir por la carretera hasta Cox, subir el castillo y volver a Callosa, cambia. Ahora vamos a Cox por el recorrido de vuelta, aunque en sentido contrario, creo que es un acierto, aunque mas duro, antes te metía los primeros cinco kilómetros en poco tiempo y ahora ya llevo un buen calentón cuando llego al avituallamiento. La gente corre mucho y pronto nos quedamos detrás, rodeados de dorsales blancos de la corta, el tapón que se formó en la cresta nos afectó, aunque no sabes si para bien o para mal. Pero hace que pueda charlar con dos compañeros de los arruis de Alicante, con Eva y con Mila, es buena forma de correr. Tras la bajada técnica nos lanzamos hacia la Pilarica por el camino hasta entrar al pueblo, y ahí está ella, no mi mujer, que también, si no la cuesta de los...manos a la cintura y para arriba, siempre con la compañía de Fernando. Me pregunta si es la subida y le digo que mire para arriba, si, allí hay que subir. Un trozo de plátano, un vaso de agua y para arriba, el primer tramo es el mas duro, pero vamos fuertes todavía, aunque algunos de nuestros compañeros empiezan a resoplar y quedarse, yo disfruto, conozco cada una de sus piedras y le voy diciendo lo que viene, nos dicen de pasar, pero voy bien y no quiero presionar, aunque cuando ven las cuerdas, se asustan, pero no, son para la bajada del final, ahora solo asustan. Empieza a suavizar el desnivel, aunque queda un trozo de piedras de pico en el que no te puedes descuidar. llegamos a un tramo donde bajan los que ya han llegado al pilón, a nosotros nos falta poco. Pasamos por detrás del refugio, nos pasan el control del chip y tras parar en el avituallamiento (vaya mérito subir las cosas allí), vamos hacia la bajada, la bajada, la madre que parió a la bajada. Primero bajas por un sitio donde dices, que vale, que bajo por ahí, pero porque te lo dicen, no porque lo veas claro, aunque tengo que decir que es la cuarta o quinta vez que bajo por ahí, y sigo sin tenerlo claro. Las piedras cuando no son de pico, son lisas, de las de escurrirte, peor claro, tu lo sabes, pero el que viene detrás no, y es un susto tras otro, peor voy atento, tanto, que me encuentro un chip de otro corredor, el 125, y se lo digo al voluntario y cuando voy por un zona complicada le digo que mande un aviso a meta, pero se lo digo mirando y claro, trompazo, pero es tan habitual en mi, que lo único que hace es igualar las rodillas, ya las tengo las dos igual. Senda para rematar y me extraña ver voluntarios por allí, en una zona tan fácil comparada con el resto, hasta que entiendo el por qué, está el terreno resbaladizo y peligroso, pero solo me mancha los pantalones de tierra. Tras terminar la bajada, vamos por una zona que nos lleva al segundo avituallamiento, allí está Ana y Guille para animar, este ya había estado también en otros puntos del recorrido para animar al flojo, creo que lo decía por fernando, pero no estoy seguro.
Hasta el avit final voy sufriendo, pero ya lo sabía cuando me apunté y mas después del día anterior.Llevo un gel de overstims que me dieron en la barbudo y espero para tomármelo, lo hago con el agua del avit. que está muy completo, somos casi los últimos, por lo que no ha faltado para ninguno. Empieza lo duro, llevamos tres horas, diecisiete kilómetros y cuando le digo a Patas largas que nos quedan dos horas, me dice que no se lo cree, que solo son cinco kilómetros, incauto.
El primer tramo te dice como vas y al llegar a la cantera, se que voy a sufrir, pero hay que tirar de...riñones y no pensar en lo que queda, poco a poco sufriendo, poco a poco respirando cada vez mas, entrecortadamente, pero conozco este sufrimiento y se que cada metro que subo, es un metro menos que me queda. Los voluntarios me animan y me dicen que no queda nada, si lo sabré yo, fer se va y me acerco a un nuevo corredor, un corredor de mi grupo de los CS (Campillo), pero no nos conociamos y cuando le veo sentado en una piedra, veo una imágen repetida en las otras ediciones, el sufrimiento en su máxima potencia, le animo para que siga, poco a poco, que no tenga prisa, y cada vez estoy mas lejos de él, como es la montaña, en apenas cinco minutos casi le pierdo de vista, como perdí a fernando. En esos momentos (os suena?)noto a Belcebú a mi lado, donde le conocí en el 2012, hablamos un rato, pero ya no le tengo miedo, son tres años de experiencia y ha acabado con muchos zumba@s, pero conmigo no puede, de hecho, le pregunto si lleva amoniaco, aunque me doy cuenta que el olor a amoniaco, es mio. Veo el refugio a mi izquierda, lejos todavía, solo estamos cuatro corredores en ese kilómetro y medio de sierra, dos de amarillo, uno de naranja y uno de azul, mas los voluntarios, que alegría que en esos duros momentos, en medio de la nada, tengan agua que ofrecerte, chapeau. No se si los efectos del gel, o la cercanía del final, también un tramo en el que me defiendo mejor, hace que sufra menos y el final no se me haga tan pesado.
Ültimo tramo ya de asfalto hacia el pueblo y me paro para hacer una foto, no estoy ahora para sufrir, estoy para disfrutar y lo hago, hablando con fer, vamos poco a poco hasta la salida, saludando y dando las gracias a los que nos animan y a los miembros de Protección Civil que tan buena labor han realizado.
