martes, 29 de septiembre de 2015

ULTRA TRAIL BOSQUES DEL SUR, UNA ULTRA DE TRES PUNTOS PARA MACEDONIA

El viernes 18 sufrí un pinchazo en los isquios/femoral, hoy puedo decir que soy finisher del Ultra Trail Bosques del Sur, 125 kilómetros y ocho mil metros de desnivel.
Te apuntas a las carreras con tanta antelación, que nunca sabes en que condiciones llegarás, yo me propuse entrenarla, al final he hecho en lo que todas, llegar y sufrir, es ley de vida, es mi forma de entender el Ultrafondo.
Pasado de peso y lesionado me dirijo con Jesús a Cazorla, allí nos esperan Richi, Nacho, Pepe y Salva, mas tarde se incorpora Fernando, compañeros de mil aventuras  y desde hace tiempo, fans incondicionales de estas locuras, que distinto a cuando empecé. Tras no poder recoger el dorsal por no llevar las prendas obligatorias, nos fuimos a tomar algo por esta fantástica y turística localidad, que por segunda vez y en poco tiempo visitaba, quedando después de cenar y tras tomar un helado (os juro que no era alucinógeno), pasamos a tener un nuevo nombre MACEDONIA y una bandera, pero eso será otra historia.














ULTRA TRAIL BOSQUES DEL SUR, LA CARRERA. Hasta el km 50, RAMBLA SECA.
El material obligatorio había que llevarlo toda la carrera y aunque las mallas debían ser piratas o largas, me niego a correr sin las mallas cortas, si el clima lo permite, por lo que voy cargado con mallas largas, frontal y pilas de repuesto, manta térmica,chubasquero,teléfono, silbato, luz trasera roja, comida y bebida, eso por la parte de la organización, mas navaja, pastillas de todo tipo, bastones, caramelos, geles y algo de comida extra. Por suerte, mi mochila, Olmo 8, aguanta todo y encima no pesa, gran acierto su compra. Opto también por ponerme una camiseta de compresión debajo de la camiseta de Korridor de mi grupo Simplemente Runners, manguitos y guantes cortos para los bastones, una vez preparado todo y tras pasar los controles pertinentes, inicio carrera en la sexta provincia andaluza por la que corro, solo me faltan Huelva y Córdoba.
Salimos juntos los seis, esa era la idea para la carrera, Jesús irá por su cuenta. Tras recorrer las preciosas calles de Cazorla nos dirigimos al río y por debajo de sus calles iniciamos un recorrido precioso y lento a la vez, por los tapones, que nos llevan tras salir de nuevo a cielo abierto, al rio que recorre Cazorla y tras cruzar puentes y piedras, agua y belleza, salir en dirección a la primera dificultad técnica y sus 1009 metros de desnivel positivo. Voy bien, sin notar molestias y en dos horas llegamos a los 1700 metros de altura. Una vez coronado, iniciamos el descenso hacia el parador de Cazorla y bajar los 569 metros positivos, al principio por una senda y posteriormente por una pista, ahí llegó mi lesión, si bien hasta entonces notaba ligeras molestias, en una zona mas inclinada, aproximadamente en el km 14, un pinchazo me dejó tocado, por lo que le digo a los demás que sigan, que voy a ir andando lo que resta de carrera, 110 kilómetros o lo que es lo mismo, intentar llegar a los cortes de carrera, sin apenas correr. Richi decide quedarse conmigo, ha entrenado poco este verano y no sabe en que condiciones se encuentra, el bloke se divide en dos.
Mientras asumo lo que me queda, ando a buen ritmo, incluso troto en las bajadas hasta que noto el pinchazo y paro de nuevo a andar, así todo el rato y siempre con ritmos entre cinco y siete kilómetros por hora andando, hace calor, pero el recorrido entre bosques hace que aguante bien sin quitarme la camiseta interior. En el km 33, segundo avituallamiento, aprovecho para comer fruta y tomarme una cerveza con limón, previo pago por supuesto. A partir de este punto vamos subiendo por pista hasta el km 42 aproximadamente donde se separan las dos carreras, la de 125 y "la corta" de 92, casi nada la corta, en la que participaban algunos amigos como Rubén, Alfonso y su mujer entre otros. Avituallamiento solo para beber agua en el 44, todo un acierto de la organziación estos avi fuera de los oficiales, aunque por suerte el día acompañó. Aquí nos cruzamos con Juanfran lesionado y que es trasladado a meta y con una amiga nueva, la lluvia, aunque todavía de forma suave, también con media cerveza del voluntario, esta si, por el morro. Coincidimos con un murciano y un sistema de refrigeración, que como lo vea Salomon, revoluciona el mercado, siempre va andando, pero no hay manera de cogerle. Son unos 500 positivos, pero siempre por pista, lo que hace que me resienta menos. Poco a poco la lluvia arrecia y se transforma en granizo, impresionante lo que nos cae en un momento, nos protegemos en una zona que tapan los árboles y nos ponemos el chubasquero, poco después llegamos al avi y nos protegemos, es el km 50 de carrera, no llevamos ni la mitad, pero si casi tres horas de márgen con el corte. Cada vez que paro me unto de  voltaren, de momento la cosa va bien.



KM 50 HASTA LA TORRE DEL VINAGRE, km 92
Aquí viene la zona con menos desnivel de la prueba, menos desnivel y mas peligrosa, sin árboles, nada que ver con el resto del parque, peligrosa para el desarrollo final si te pasas aquí, revientas, si estás fuerte, puedes volar. Empezamos lloviendo, pero poco a poco la lluvia nos da un respiro, tenía miedo al viento, pero apenas hace, estamos en la parte mas alta de la carrera y llegando a los 2300 positivos, mas de la mitad del desnivel hecho y mas de la mitad de carrera, ahora se empieza a descontar. Llegamos al avituallamiento y nos miran las prendas obligatorias, cogemos la mochila de repuesto que estaba allí en medio, sin una silla para hacerlo, por lo que nos sentamos en la lona puesta al efecto, con la dificultad al levantarte. Un avituallamiento espectacular, con unos voluntarios (formidables todos los avituallamientos en este sentido) muy atentos y que nos prepararon unos bocatas de queso, chorizo, morcón, jamón, etc. que resucitaba a un muerto. Me quito la ropa mojada y oh, sorpresa, el calcetín tiene agujero en la punta y en el dedo meñique, por lo que me los cambio y no es lo mismo, para esto, los injinji son especiales.
Nos vamos con dos horas de márgen y anocheciendo hacia el siguiente punto. Una bajada de las mías, por lo que aprovechamos para apretar el paso y correr en las zonas con menos piedra, aquí la pista se acabó y llega una zona peligrosa de bajada, justo lo que me va a mí, por lo que me pongo delante y aprieto, con un par de sustos, pero que sería de la montaña sin estas cosas. Adelantamos a varios corredores, cosa casi impensable en mi estado y tengo los mejores momentos de la carrera, sin apenas dolor y pensando que todo tiene solución y la carrera puede cambiar, así hasta el punto extra de agua intermedio, donde hago rectificar al voluntario que estaba equivocado con la hora de corte. Nos dice que a partir de ahí se puede correr bastante por el terreno y así lo hacemos, cuando no me acuerdo del bocata de chorizo y su mala digestión, pero que me quiten lo bailao. Los bastones me están resultando estupendos, el ritmo es alto y la moral por las nubes, aunque ahora es Ricardo el que lleva mala cara, apenas hablamos y los pies le están haciendo polvo, son muchas horas andando ya. Paramos y me echo crema, ahí estaba el "fontanero" (el de la mochila refrigerada) también aprovechando los bloques de la carretera para sus apaños. Vamos escuchando todo el rato el rio y los berridos de los venaos, que lujo para los sentidos. Por fin llegamos con buen margen de tiempo al punto del km 81, la piscifactoria. Aunque vamos solos casi todo el tiempo, en los avituallamientos solemos coincidir un grupo, casi siempre los mismos, unas veces estamos mas tiempo, otras veces menos, pero surge esa amistad Ultra que con una mirada sabes lo que quiere el de al lado, cediendo tu asiento al que llega, como contigo ha hecho el anterior, pequeños detalles que hacen grande este mundo. Vamos camino del siguiente punto de corte, la Torre del Vinagre y lo que parecía un terreno favorable, vamos por camping, vemos y oímos gente, seguimos con la berrea, coincidimos con un compañero y vamos hablando, se convierte en un tramo pestoso, no disfruto y en algunos de sus tramos, leves subidas con gran inclinación, vuelven los dolores, se me hace eterno, no se si comí poco, desde el Cerro del Espino (si, se que no se llama así) no he comido y quizá esté pagando el esfuerzo y la falta de entrenos, pero es que son 92 kilómetros en las piernas y eso pica. Cuando llegamos allí, está Fernando, esperando a ser evacuado, su cintilla no le deja seguir, yo me tomo un café y mientras hablo con otros tres o cuatro que abandonan, me planteo dejarlo, el último tramo se me ha hecho eterno y me he quedado sin fuerzas, richi tampoco tiene buena cara, pero es que son 16 o 17 horas y todo duele....Aquí nos comunican que no hay punto de corte a partir de ahí, lo único son puntos de control, si llegamos después, no habrá avituallamientos.





TORRE DEL VINAGRE HASTA META?
 Si sigues aquí, verás que continué. La pista que me habían vendido y que me animó a seguir, eran un par de kilómetros por una senda mojada, embarrada y que te escurrías, lo bueno es que estaba descansado después de haber parado un buen rato en el avituallamiento. Tengo suerte y nada mas pisar, ya si, la pista, tengo cobertura diez horas después y puedo mandar un mensaje, aunque la foto corresponde al km 92; tengo casi cien watsap, entre unos y otros, algunos los he leído después y me doy cuenta del problema de la comunicación, la gente estaba preocupada, es un poco exagerado, pero si es cierto que en este tipo de pruebas tan duras, el seguimiento vía internet es muy importante, aunque supongo que será caro, pero recuerdo que era Campeonato de Andalucía, se podían estirar. Según la organización había cámaras, pero con las personas que pude contactar, no las vieron activas...
El sonido de los ciervos es impresionante en esta zona, eso y la cantidad de pinos majestuosos que flanquean el camino. Richi va por delante, yo por detrás a unos metros, pensando en mis cosas, se que voy a acabar, lo que no se si tendrá consecuencias el sobreesfuerzo. A lo lejos se ve una luz, de alguien que va por delante, por detrás a lo lejos también se ven, se lo digo a mi compañero, pero no hace mucho caso. Se sube, se sube, se sube, son casi novecientos positivos en ese tramo, aunque a mitad de recorrido se suaviza y ahí es donde me recupero de nuevo, cuando el porcentaje no es tan fuerte, el dolor es menor, apenas lo  noto. El ritmo es bueno a pesar de todo, seguimos con los mas de cinco kilómetros por hora, pero las paradas son mas largas. El siguiente punto de avituallamiento en el 102 es un refugio, aprovecho para poner los pies en alto, algunos duermen durante un rato, otros dormitan sobre las sillas; yo me unto crema de nuevo y a seguir, el tramo no es malo, aunque seguimos subiendo, también hay pequeñas bajadas, aunque viendo el perfil dice que bajamos 300 metros. Richi me pregunta como voy, bien, sin dolor, pero tengo sueño, aunque las últimas cocacolas y el café del 92 parecen milagrosos. Y cuando menos me lo espero, llega por fin el último avituallamiento, se acabó la interminable subida, aquí hay gente arropada con la manta térmica, no se si siguieron, supongo que si después de llegar hasta ahí.
En el 92 me dijeron estas palabras: ahora hay cinco kilómetros duros de subida y después suaviza; posteriormente dieciséis de bajada y algo de cresteo...me entran ganas de llorar de pensarlo, si llego a conocer el recorrido, hace tiempo que hubiese dejado de escribir, me salvó una distinta forma de ver un recorrido.
Tremenda la primera subida corta que iniciamos y eso que dijeron que era bajada, va richi delante, fue la última vez, ahora empieza una bajada técnica y todavía de noche, peligrosa, el frontal está bajo mínimos y no está uno para florituras.
Me pongo delante y me veo bastante bien, es mi terreno, ahora estamos en una carrera de montaña, hemos dejado el Trail, empiezo a disfrutar de la carrera. Son quinientos positivos, ahora al verlo me quedo sin palabras, ochocientos negativos, pero milagrosamente me vengo arriba, empieza a amanecer y tiro, mi compi cada vez mas lejos, le pego una voz y contesta, aflojo el ritmo, pero me doy cuenta que si paro, me costará seguir, por lo que cojo un ritmo cómodo de la segunda subida, tremenda, del estilo del caracol en Sierra Espuña, no creyendo esa dureza después de lo que me dijeron, está amaneciendo y una cierva se acerca, saco el teléfono, pero se va, miro hacia atrás, bien, estamos los dos, mas cerca del final, mas cerca de la meta. Y por fin hacia la ermita, el recorrido que hice en agosto y del que dudaba y dudando con los kilómetros; un cartel pone La Iruela 20, ahora hay uno que pone la Iruela 2 y quedan varios a cazorla, eso no son quince, pero en fin. Bajo a La ermita y aprovecho para meter los pies en el agua, mientras viene mi amigo, estoy un rato y me voy, cuando inicio la bajada, llega...cruzo la carretera y bajo corriendo, esto lo conozco y cuando me veo en cazorla, zas, cinta en el suelo y miro el perfil, otra subida, pero ya no me quejo, hasta las 12 tengo tiempo, se que voy a acabar, se que vamos a acabar. Me encuentro perfecto, sin dolor, sin cansancio, solo las molestias en las almohadillas de los pies me recuerdan lo que llevo, paro en una casa rural y hablo con unas niñas que están allí, me aplauden y les digo que estoy esperando a un amigo, hablamos un rato, llevaba tanto tiempo callado¡. Mas adelante una mujer mayor me echa la bronca, dice que la fiesta fue por la noche, que no habrá nada, me olvidó de mi educación y digo "me voy a llevar lo mismo que el cuarto, no tengo prisa".
Bajo por fin al río y me pongo a hacer las fotos que no pude por la mañana, no tengo prisa, la gente me mira raro, ven el dorsal y se extrañan. Salgo a las calles de cazorla y voy paseando cual soldado de la Chaqueta Metálica, con mis bastones al cuello, disfrutando de los últimos metros y viendo donde voy a pararme a esperar, mi idea era en las escaleras de entrada a meta y provocar, pero están esperando los amigos del bloke y Jesús. Me paro con ellos unos veinte minutos, hasta que llega Ricardo Sanz, el cual como podéis ir apreciando, fue la parte fundamental de mi carrera y sin la cual, no se que hubiese pasado, entraría en un terreno del que no se si sabría salir. Corremos por fin juntos, como lo hicimos desde el kilómetro cero y entramos en meta. Nos entrevistan y nos ponen nuestra medalla de finisher, enseñamos el material obligatorio y ya por fin, esa foto de finisher, la que casi nunca me hago, la que me falta en mis múltiples Ultras, pero esta sí, esta era especial.





COMENTARIO: 
Uno tiene el currículum que tiene y eso nadie me lo puede quitar, pero si es cierto que últimamente fallaba mas que una escopeta de feria.
Pero volviendo a la carrera no puedo dejar de decir lo que siento; es un carrerón con un recorrido sorprendente, con una belleza de escándalo, pero le falta algo para convertirse en algo más, en ser como esas pruebas de las que todos hemos oído hablar como la GTP, CSP y alguna mas por no seguir hablando. Tiene el terreno, las ganas de la gente jóven, los corredores que estamos deseando conocer nuevas carreras, pero tiene fallos, es una carrera solitaria, no había nadie entre avituallamientos y aunque bien balizada, un problema en algún corredor podría haber tenido consecuencias negativas. Los avituallamientos que tenían gominolas, no tenían frutos secos, el que tenía isotónica, no tenía coca cola, pero para mí, en general estaban bien, con  mucha fruta que se agradece y sienta bien, con unos voluntarios muy buenos en general y un buen trato. Quizá decirles a los Jueces, que se puede ser severo y simpático a la vez, no pedir las cosas de tan mala manera, uno tiene los nervios a flor de piel y las defensas bajas.
Me ha gustado, no para repetir el año que viene, pero en líneas generales me ha gustado la combinación trail-montaña; no es ROnda o MAGOVIA, pero tampoco es Botamarges o Benissa, tiene una buena mezcla.
Ricardo, mi apoyo durante la carrera, aunque poco hablador y yo que soy mudo, gracias.
Salva López, otro que habla poco, pero ya tiene sus nueve puntos para el UTMB, gracias.
Fernando Patas largas, mi compi de batallas, pero que no tenemos suerte de acabar juntos, gracias.
Pepe Gálvez, el abuelo, con sus despistes, capaz de correr un diez mil y al dia siguiente una Ultra, gracias.
Ignacio Villar, el cántabru, este si habla, la sabiduría y la sensatez hecha corredor, gracias.
Estos son los componentes de Macedonia, estos son mis compañeros de batallas, estos son mis amigos.
Y como no, Jesús, lo de Jesusito se acabó, mi amigo, mi compañero de entrenos, el que mas tiempo conozco de Los zumba@s junto al keniata y que ya se puede decir, que se ha hecho mayor, gracias.
Ahora ya toca descansar una temporada, se acabaron las Ultras hasta que no tenga un nivel mínimo similar al el 2011, me quedo con los maratones y si no se puede correr por los precios abusivos, nos dedicaremos a entrenar, parado no voy a estar.
Gracias a todos los que os alegráis de que haya acabado y a los demás, lo siento, no siempre me van a salir mal las cosas.