domingo, 21 de diciembre de 2014

UCAM FALCÓ MARATÓN TRAIL...¿LA SEGUNDA MARATÓN MAS DURA DE ESPAÑA?



Con esto de las redes sociales tengo abandonado el blog, aunque realmente, tampoco estoy haciendo tantas pruebas.
El pasado día 7 de diciembre tocaba una de las grandes en todos los sentidos y por suerte, cerca de casa. Como ya he adelantado mucho por facebook, voy a contar lo que he vivido en esta carrera, intentando poner partes más técnicas por si alguien quiere hacerla, sepa a lo que se expone.
Ucam FalcoTrail Sky Marathon Tnf

Hace frio y como  no tengo ropa adecuada para él, me tengo que poner capas como una cebolla, es mi sino, no me puedo gastar tanto dinero en cortavientos con capucha que aguanten nosecuantos kilos de agua y etcétera etcétera. Camiseta térmica, no ceñida, camiseta manga corta encima y un chubasquero, mas los guantes y una braga, no se la marca, por eso no digo buff.
La salida es rápida, vamos, lo peor que puede haber, se suda pronto y luego en la subida hace frio. Voy a buen ritmo en la subida a Peña Rubia, pasamos de 500 a 810 metros y el tapón de inicio pronto deja sitio a los que vamos deprisa en este tramo, tanto que hago corte y detrás no viene nadie cerca por lo que puedo apretarme las zapatillas sin que me pasen. Acelero y troto donde puedo, poco, hay que reservar desde el principio y jugar con el tiempo, hay cuatro horas hasta el primer corte.
Cuando termina la subida viene una zona bastante corrible, con alguna pequeña subida, pero volvemos otra vez a los poco mas de quinientos metros de altura. La bajada es buena, tanto que me adelanta un grupo de corredores, yo aprovecho para beber y coger la visera, el sol no calienta, pero da de frente y molesta.
Pronto se inicia una subida algo mas dura, la del As de Copas, en esta ocasión me acuerdo de mis palos que había dejado en Murcia en el coche, la caraja de las últimas carreras empieza a ser procupante. La subida es larga, no demasiado empinada, pero cómoda para subir, eso, o que todavía voy entero. Cuando estoy terminando la subida aprovecho para respirar y me doy cuenta que voy a sufrir, me falta el aire, lo achaco a la altura, cada vez lo llevo peor. La bajada es por un camino lleno de piedras, pero me defiendo, bajando al ir entero, voy bastante bien y no tengo ningún susto. Nueva subida hasta la morra de los poyos y al hacer cima se escucha ruido, señal de que el avituallamiento está cerca. Bajada y buena mesa de comida, con un gran ambiente y muchos corredores, yo me limito a coger un trozo de barrita, medio plátano y llenar la botella, no hace mucho calor y quiero llegar al corte, esa es la obsesión, el corte.
La subida corta al Collado de las fuentes, pero dura y empinada, buf, creo que empiezo a notar que no es mi día y estamos en el km 11, 5. Pero ahora toca bajar y de momento eso puedo hacerlo bien, sin  alardes. Después de bajar por una senda, cruzamos la carretera y llegamos a un camino ancho de tierra, me extraña ver gente andando enseguida, yo continuo corriendo sin darme cuenta que estamos iniciando la ascensión fuerte del día, la ascensión al Pico del Águila, casi seiscientos de desnivel, pero al ser camino no parecía tanto; cojo un palo y me apoyo en él, dejo de correr, aunque tomo nota para una futura entrega, esto se puede correr y mucho, otra cosa son las consecuencias posteriores.
Tras terminar el camino, giro a la derecha y llegamos al famoso avituallamiento de las migas, tres horas y cuarto me costó llegar, cuatro pedía la organización, la cosa va bien. Cojo una cucharada, me hago un montón de fotos , bebo, como y sigo camino. Complicada bajada por la humedad y por qué no decirlo, por los compañeros que coinciden en ese tramo, seguro que influyó en mi resultado final, aunque nunca lo sabré. Si hubiese ido solo habrá corrido, pero en esos momentos hice grupo y me costaba adelantarlos, al final lo hice y la musculatura se relajó, estaba forzando mucho los cuádriceps (excusa número 7656). No es lo mismo bajar a tu ritmo, aunque peligre tu integridad, que ir frenando por los de delante, pero si no me dan paso, me cuesta mucho pedirlo.
Cuando se acaba la bajada, nueva pista y enseguida vamos hacia El Alto del Campanario, quizá la subida mas corta hasta el momento y que incluso creo se puede correr en bastantes tramos, pero mi cuerpo dice basta, me pegan varios trallazos en gemelos y tibial, me cuesta hasta estirarlos, pero poco a poco se relajan y sigo hacia adelante, pero varios cambios de terreno me hacen sufrir lo indecible, no lo entiendo, solo llevamos veintidós kms y estoy hasta arriba de rampas. Los abductores me comentan que quieren cariño y yo les digo que en tres horas se lo daré, pero que me den tres horas más.
Llega una bajada muy larga, con un primer tramo algo técnico en el que vuelvo a sufrir el mismo problema que en el pico del Águila, agravado con los primeros senderistas que me cruzo, no molestan, pero tampoco quiero presionarles. Cuando se termina la peligrosa bajada, llegamos a un camino de los de correr, en medio de este, la alfombrilla y un km marcado, el 29, pero para llegar a él, tengo que hacer cinco mas y no es un subidón lo que me da en ese momento. Llego a andar en la bajada, pero me doy moral y aprieto los dientes para llegar al siguiente punto de control, el grupo con el coincidí, se fue para adelante, de nada me sirvió esperar, van mas fuertes que yo, todo el mundo va mas fuerte que yo, que le vamos a hacer.
En el nuevo avituallamiento veo botes de cerveza, pero para mi no hay, se han acabado, eso me pasa por lento, la siguiente correré más, no me merezco el bote que si se merecieron otros.
Y si no me he muerto todavía, creo que ha llegado el momento de hacerlo, la subida al Collado Alto; subo diez metros, paro, estiro; subo quince metros, chillo, lloro, estiro, y así el par de kilómetros de subida, me animan, me esperan, sufro, subo, miro para abajo y veo que he avanzado bastante, miro el reloj y creo que llego justo al punto de control. Por fin arriba, hay gente sentada en el suelo, yo no sería capaz, me lanzo a la bajada mirando el reloj, voy justo para las seis horas y esa alfombrilla que ya vi antes, la musculatura se relaja de nuevo, me doy cuenta que la rodilla la llevo llena de sangre, ya ni me acordaba  y le da un aspecto, bueno, poner el adjetivo que queráis. Paso la alfombrilla a menos cinco, por los pelos, ahora viendo las normas leo que eran siete horas en el km 31. Miro hacia arriba, apenas unos cientos de metros, pero se me hace eterno, cuando no me dan las rampas, subo bien, despacio, pero seguro, aunque me parece que voy peor de lo que realmente voy, he tardado quince minutos en subir la Morra cenón y su bajada me lleva hacia el avituallamiento del 32/31, llego en seis horas y media aproximadamente, he tardado tres horas en trece kilómetros, con muchos de bajada, menos mal del márgen que cogí al principio.
Mientras hablo con un amigo, tengo claro el objetivo, acabar si puedo, si no lo consigo, que no sea por no darlo todo, aunque es difícil. Me quito el chubasquero por fin y lo meto en la mochila, me dispongo a sufrir como nunca hasta ahora lo había hecho, como aquel primer botamarges del 2010, pienso en lo que me ha costado esta carrera, la cantidad de problemas que he tenido este año y no me merezco terminar con un abandono, si no acabo, que sea por fuera de control o porque mis músculos revienten, están a punto, pero les pido un último esfuerzo.
Por suerte y a pesar de las dificultades, la subida al depósito del As de Copas no es tan terrible, a pesar de lo mal que voy, estoy subiendo, parando, dejando pasar, pero con el tiempo controlado y los músculos marcando el territorio, veo algunos que no sabía que tenía, hay quien dice que es la fascia lata, no lo se, solo se que duele.
Llego arriba por fin, la última subida de la carrera, creo que si me ofrecen bajar en coche, lo pensaría. Ahora vienen cuatro o cinco de bajada, pero por suerte bajo bien, no estoy cansado, es una sensación extraña, puedo correr bien, pero sufro latigazos de vez en cuando, aunque bajando puedo mantener un ritmo decente. Adelanto al grupo con los que coincidí en el Collado, no se si todos llegaron en tiempo, yo tiro y me pongo el primero, espero el avituallamiento que nunca llega y me pega un bajón, no por la comida, sino por el km en el que está, el 37. Cruzamos un arroyo y meto un pie hasta dentro, ya lo que faltaba, pero el agua fria me relaja,empiezo a correr bastante rápido, tanto, que hace que me pase las marcas y siga recto, menos mal que me avisan, solo faltaba eso para acabar, unos cuatrocientos metros mas, para matarme. Subimos un poco y me cuesta de nuevo, peor por fin oigo ruido, un cencerro o algo parecido, señal de que estamos llegando. Cuando lo hago me dicen que faltan siete kms, no me lo creo, todavía? llevo siete horas cincuenta, el corte está en ocho horas, aunque lo llevaba controlado y quedan entre cinco y siete kms. Por muy mal que vaya, tengo una hora, ya se que llego y salgo para el pueblo por la carretera y nada mas empezar, me emociono y aprieto, y claro, leñazo de los gordos, es la primera vez que me da en llano, señal de que voy mas justo de lo que creía, aunque no me da sensación de cansancio, las piernas cuando no me dan las rampas, van bien, con muchos kms, pero bien. Y el pestoso recorrido del final hace que te den ganas de mandarlo todo a la mierda, de dejar estas carreras, de no entender como nos puede gustar tanto el sufrimiento, de, en fin, ya sabéis a lo que me refiero.
Y llego al asfalto, al pueblo, a Cehegín, casi nueve horas después de haber salido, ya no pienso en los abductores, gemelos, tibiales, cuádriceps y fascias varias, ya no pienso en el dolor, el sufrimiento y las subidas, ya no pienso en las horas dedicadas a preparar esta carrera, solo pienso en una cosa, en otro caso y otra carrera, la habría dejado, pero esta no, esta la tenía que acabar.
Y llego a la meta y hay un pequeño caos, antes que yo ha llegado el rey y aunque intento pasar, no puedo, me ponen mi medalla, me dan mi chaleco de finisher y una cerveza, y no espero ni la paella, cogemos el coche y para Murcia primero y Elche después.
He tardado mucho en escribir la crónica, de hecho lo dudaba, pero la carrera se lo merece, ha sido mi segundo maratón de montaña en un mes y de nuevo he conseguido acabar, quizá debo empezar a quererme y ser consciente de lo que he hecho.
Y en enero el GR10 Extrem, 93 de montaña, pero eso, será en enero.

https://www.facebook.com/pages/Footer-Trotter/896273593729986?sk=photos_stream&tab=photos_albums

lunes, 10 de noviembre de 2014

V YETI TRAIL, EL DÍA QUE EL YETI TUVO MIEDO DE L@S ZUMBA@S




Dos meses después vuelvo al blog, tras un fracaso estrepitoso que me hizo plantearme muchas cosas y del que creo he salido reforzado.

La carrera empieza en el año 2013, yendo de camino a Madrid-Segovia, paro en un bar a comer y me inscribo, dos meses después una inoportuna lesión (cual lo es) me hace llegar bajo de forma y no llego al corte, este año debía cobrarme venganza, pero a punto he estado de no volver, esta vez la lesión era sicológica y solo la carrera de catí me devolvió la moral, eso y los apoyos.

V YETI TRAIL
Madrugón habitual de día de carrera y  a las cinco y media pasadas nos vamos a la pedanía de El Berro en Sierra Espuña (Murcia), paraje idílico del Sureste y lugar que tengo que visitar para subir y entrenar, se tarda una hora. Vamos Rai, Jesús y yo, esta vez Dulcinea no viene. Entre risas y nervios llegamos temprano y podemos aparcar cerca de la meta, enseguida empiezan los saludos, estoy en mi salsa saludando a la mayoría e intentando explicar las cosas de mi cabeza, pero a Jesús y Oscar poco les puedo decir, están peor que yo, jeje.
La salida es a las ocho y cuarto, muchos inscritos no han venido y de la organización me preguntan si estaba bien explicada la hora, en mi opinión la lluvia que se hay prevista ha hecho que muchos se lo piensen y quizá hayan hecho bien, al final hubo muchas torceduras.
Se da la salida, al principio bajamos y a correeeeeerrrrrr, pero enseguida giramos y empieza la  senda que nos lanza los primeros kilómetros y nos hace entrar en calor, cuando puedo adelanto y al hacerlo veo el hueco que había por delante, voy un rato solo al quedarse los de detrás, hasta que llego al nuevo grupo con Fran Nortes entre otros, Nico se ha doblado el tobillo y lo tuvo que dejar. Voy bebiendo y se me van unos metros, al hacer un giro y saltar un tronco, no se por qué, lo piso en vez de saltarlo y me escurro, sangre en la pierna y los guantes evitaron daño en las manos y eso sin caer. Empezamos a subir de nuevo tras una pequeña bajada y llegamos al avituallamiento del 7,5, es solo líquido y relleno la botella de la que había bebido la mitad, me como un dátil de los mios y empieza una subida que esta vez no corro y nos lleva hasta el km trece aproximadamente. En esas me encuentro con el Sr. Tudela, hay que sonreir para la foto  y Pedro José Albaladejo (al final me sacó casi una hora) con el que voy un rato. Una zona de cresteo con fotógrafo que pasa de mí y tras una parte algo técnica me lanzo hacia abajo, hacia una parte de zig zag donde hay otro compañero lesionado atendido por las asistencias, en esa bajada fue donde me caí el año pasado y me vine abajo, esta vez bajo a buen ritmo, no tan rápido como los demás que se van alejando poco a poco. Aquí me lio y pensaba que el avituallamiento estaba en el km 15 y me viene un bajón pensando que estaba tardando demasiado, por suerte estaba ya en km 20 y faltaba poco para el mismo y primer punto de corte. Llego en tres horas y cuarto al 21 y ahora tengo hora y media para el siguiente corte, el duro, aunque son solo siete kms, se hace largo.
Comienzo a subir y al principio me cuesta, las zonas muy empinadas hasta el morrón de Espuña (creo que es el nombre) me van muy mal últimamente, pero en el momento que suaviza un poco puedo coger ritmo de crucero, saco el fuet y me tomo las primeras sales naturales. Empieza a llover, pero todavía aguanto para no coger el chubasquero, senda muy bonita y hacia la canaleta, la lluvia aprieta y justo en mitad de la peligrosa bajada me paro a ponérmelo. Si alguna vez he tenido cabeza ha sido aquí, por un lado tenía que apretar para el corte, por otro lado estaba la zona peligrosa por el agua y el barro, se me pasan cientos de cosas por la mente en esos momentos y hago la mitad, troto en la zona más técnica y corro en el resto, con un par de sustos al escurrirme, pero nada que no me pase sin lluvia, por lo que en el último tramo antes del final (entonces no lo sabía) decido ir a full como dice kiko y olvidarme del miedo y que pase lo que tenga que pasar y entonces oigo coches, se acaba la bajada de la canaleta y puedo respirar. Se que es complicado, pero sería posible que los organizadores les dijesen a los voluntarios en el km que están, cuesta tan poco. Un tramo de carretera que hago andando de espaldas unos metros y enseguida cojo ritmo para el avituallamiento donde el año pasado me quedé. Me cruzo con los que van al corte, pero llego con diez/quince minutos de adelanto y sin haberme exprimido demasiado. Dejo un envoltorio que me encontré por el camino y me preparo para la subida fuerte del día.
Son unos quinientos metros de desnivel en poco mas de un kilómetro, creo, voy sin GPS. Coincido con dos chicos de Elche que van con palos, en este tramo me acuerdo de los míos, fallecidos en Botamarges. Es dura, se hace dura, empieza a hacer calor, por poco tiempo, solo un rato, y subo y respiro y subo y me paro y subo, aprovecho para hacer unas fotos. Me encuentro los primeros mareos de compañeros, por las fotos de después no los he visto en meta, aunque al cambiar de ropa igual no los vi llegar, voy recuperando sensaciones  y cada vez veo mas lejos el inicio, las vistas son espectaculares y por fin llega el aire, síntoma de que estamos arriba, giro y subida en forma de zig zag en la que puedo trotar un rato, nuevo compañero con problemas pero que mas tarde se recuperó y me pasó como una bala. Nuevo tramo y llegamos a la famosa senda del caracol, ahí sacan su móvil los paisanos y fotaka para la posteridad.

Cuando estamos terminando la subida, el aire aprieta de lo lindo y me abrocho el cortavientos por encima de la mochila, voy incómodo, pero no hacía tiempo para cambios allí. Aquí llega lo que hay en todas las pruebas, en botamarges el castillo, en La Perimetral la llegada al pueblo y las escaleras, en la Trans la vuelta por el rio, MAGOVIA y su recorrido por toda la ciudad cuando no hay nadie para esperar y aquí es la subida al morrón chico (creo que se llama así), cuando piensas que ya has acabado de subir, te mandan para allá y en esa zona llegan mis problemas; una subida que tengo que hacer apoyando las manos hace que fuerce y me empiecen las rampas en abductores y gemelos, tengo que estirar unos segundos y sigo, prefiero subir con el dolor y llegar al control. Aprovecho la "casa" y me quito el cortavientos para ponerme la mochila por encima ya que no parecía que lloviera e ir más cómodo. Apuntan el dorsal y ya sí, para abajo, en ese tramo me cruzo con Fran Nortes, Rai y Jesús, detrás vienen los escobas, lo que quiere decir que nadie mas ha conseguido pasar el corte.
En la bajada uno de los ilicitanos se dobla el tobillo, por suerte puede continuar e incluso llega a adelantarme, yo voy con precaución, mis zapatillas han dado mas de lo que se les puede pedir, teniendo en cuenta lo que me han costado y empiezo a sufrir con los pies, pero solo quedan diez kilómetros y por el perfil, es bajada. Al principio son muchas piedras, pero por suerte el aire ha secado las piedras y no está peligroso, aunque hay que ir con precaución; por fin llega el avituallamiento y veo que es el 35. Llevo 6,40 y quedan nueve kilómetros, por primera vez me doy cuenta de que voy a llegar, por muy complicada que sea la bajada, tengo hora y veinte. Un primer tramo técnico nos lleva a una senda preciosa para correr y que es ruta senderista, ahí me encuentro con un grupo que amablemente me deja pasar, excepto algún despistado que hace que me salga del camino y casi...en fin. Es el sitio ideal para correr, está blando, con curvas y pequeñas subidas que entretienen y me hacen estar atento, todavía no he tenido la caída habitual y queda poco tiempo. termina la senda y miro el reloj, no se los kms que llevo y no veo nadie delante, solo algún senderista que está por la zona. Llegan unos tres  kilómetros de pista que se me hacen eternos y eso que son para abajo,  hasta que  veo un avituallamiento con el que no contaba, no por parar, sino por ver los kms, pone 40,5 y oh sorpresa, tiene cerveza de la que pego un trago que me sabe a gloria. Continuo sabiendo que son solo tres kilómetros para el final y me encuentro con Jose Pablo que me hace unas fotos y aprovecho para decirle que avise a mis compañeros de que estoy aflojando para esperarles. Miro para atrás y no les veo, por lo que decido seguir y verlas venir, por el camino me encuentro con Raúl, el ilicitano del esguince  y le digo que vaya con calma, sobre todo por lo inestable de la rambla. Tiene que faltar poco, pero empiezo a agobiarme, no voy mal, pero estoy cansado de estar tantas horas, no se, es una sensación extraña, de alegría por un lado y de duda por otro, no se si esperar a Jesús y Rai o ir hacia la meta, al final decido lo segundo y vuelvo a correr.
Un Policía Local me da paso, entro en el pueblo y me voy cruzando con corredores que han terminado hace rato o están comiendo en los bares, sus aplausos me hacen correr más deprisa, bromeo con unos niños y me acuerdo de que llevo el dorsal en el bolsillo, lo saco y me dirijo hacia la meta, lo he conseguido, dos años me ha costado dominar al Yeti, el que por cierto no ha a aparecido, los zumba@s damos mas miedo. Saludo a José Manuel, el otro ilicitano y cuando me doy cuenta llega Raúl, le abrazo y voy a por la cerveza, sin alcohol, pero apetecible igualmente. Ya solo queda esperar, nervioso, falta poco para las ocho horas y por fin aparecen los dos juntos, detrás los escobas, yeti terminada para ellos y V Yeti Trail que es historia.
Han sido 44 kms en 7,38 y tengo que estar contento, nada que ver con las 6,20 que hice en MAMOVA y viendo que he perdido la motivación para bajar de peso, es lo que me toca, sufrir en exceso, pero disfrutando de este mundo apasionante de las carreras de montaña.

COMENTARIO:  Es posible que sea la carrera mas bonita que he disputado, con un recorrido mas completo, con muy poco asfalto, montañera y dura, con tramos técnicos, con todo lo necesario para disfrutar. Pero fallan cosas, los avituallamientos son escasos y pobres, por suerte voy preparado y no hay tantas horas como para tener problemas. Y falta, como en otras, no solo en esta, un detalle de finisher, aunque quizá el mayor detalle sea decir que he acabado la carrera y la chapa/medalla solo dura lo que tardas en subir la foto al facebook, luego es chatarra para el mueble. Y como dice la celebre frase, EL SUFRIMIENTO ES TEMPORAL, EL ORGULLO ES PARA SIEMPRE.
Pero esta vez mi alegría es doble o triple, ver llegar a mis amigos a meta me dio tanto subidón como cuando lo hice yo, han sido muchas semanas de nervios. Mientras la mayoría preparan las carreras con cientos de kms de desnivel y dureza, nosotros vamos corriendo de Elche a San Fulgencio o Daimés, pocos kms y cuesta abajo, por lo que creo que lo que hacemos es para sentirse orgulloso, yo lo estoy.
http://www.asuspuestos.com/evento/yeti-trail-run-2014/resultados/general/45776

martes, 23 de septiembre de 2014

V MADRID-SEGOVIA, Y VAN SIETE DE SIETE



Siete veces me he puesto en la línea de salida de una prueba de 100 kms y siete veces he llegado a la meta, para un tio como yo, no está mal.
CRÓNICA DE MI TERCERA MADRID-SEGOVIA
Si me preguntan que me gusta de esta carrera, no sabría que responder, no tiene buenos avituallamientos, la bolsa del corredor (como todas las Ultras) es penosa, es cara y además tienes que desplazarte y volver luego en el mismo día (la teta no da para dormir una segunda noche), pero llevo tres ediciones, cada una de una manera y como ya conté aquellas, ahora viene esta.
Mi idea era hacerla tranquilo y cuando llegara a Cercedilla decidiría la táctica de carrera, pero el destino siempre juega en mi contra y tengo que cambiar lo pensado.
Salimos cinco compañeros y desde el principio voy detrás, cojo mi ritmo y cuando me dicen algo, les digo que tiren, voy a ir a mi ritmo y si quieren, ya saben. Hasta Tres Cantos voy bien, andando ya en las primeras subidas y con un ritmo cómodo. En este primer avituallamiento y control, solo sello, no bebo agua y aprovecho para saludar a mi mujer, a Maribel y a Ginesito, también saludo a la Organizadora, pero vamos, como si no fuésemos del mismo club,  uno mas...La ingle empieza a dolerme, ya es lo habitual y me pongo voltarén que llevaba Pedro y a seguir. Los kilómetros pasan y la temperatura es impresionante para correr, que lujo y que pena que mis piernas no vayan, no las noto cansadas, pero no tiro, de hecho me tienen que esperar en varias ocasiones, aunque los avituallamientos hacen que ellos paren un poquito mas y yo menos. Colmenar me espera con una nueva sorpresa, mi mujer me dice que me han nombrado unas chicas, me dirijo a ellas con mi mejor sonrisa y oh, sorpresa, es la novia de Crespo, con el que compartí muchos kms en la anterior edición, un paisano que también repetía, siempre da alegría ver buena gente. Allí dejo mi camiseta de USF y me pongo por primera vez en carrera la de Corredores Solitarios, no hay problema, es de Korridor y su comodidad es igual que la de USF, eso sí, no se como explicar lo de la bandera de japón en la manga, menos mal que Sinichi ya no volví a verlo, otro grande que tuve el placer de saludar.


El segundo problema empieza a llegar y este es normal, salgo con zapatillas de asfalto y creo que acierto, pero no con este tipo de zapatillas, como mucho dan para una media maratón, ya en Boedo me molestaron, pero como corrí sin plantillas, le eché la culpa a eso. Aquí llega mi parte tonta y que solo me pasa a mí, a pesar de llevar coche de apoyo, no dejé las zapatillas allí y las dejé en Cercedilla, son treinta kilómetros de dolor, soportable, pero dolor. Pero antes de llegar a mitad de carrera, todo cambia, vamos andando debido al terreno que así lo requería y Ginés se queda atrás, paro y hablo con él, no puede andar y lleva mala cara, por lo que me pregunta y puesto que Natalia dice que no puede correr, "decidimos" que se vayan los tres, JJ, Pedro y Ginés y yo me quedo con ella, posteriormente si alguno se encuentra mal, saben que vamos por detrás. Llevo siete horas y algo y estamos en mitad de carrera, me encuentro perfecto excepto las molestias del pie que se que son temporales y la habitual ingle, vamos, nada preocupante. Me tomo una isotónica de cerveza y varios trozos de sandía y me despido de mis tres compañeros, el destino empezaba a escribir su crónica.

MATALPINO-SEGOVIA
No se como explicar esto, es un deja-vu con los papeles cambiados, en el 2012 fuimos rai y yo, en esta ocasión es Natalia y yo, pero yo soy el "sano". Empieza a hacer calor, hasta entonces no había hecho acto de presencia y después de despedirme de nuestros apoyos hasta Cercedilla, les digo que tardaremos mínimo tres horas hasta allí, a pesar de ser solo quince kms. El primer tramo de subid hace que no note nada todavía., Natalia anda muy deprisa y vamos a muy buen ritmo, cuando pasan los kilómetros de subida y empieza el mejor tramo para mí, con el olor a jara y a Puebla de Don Rodrigo, me encanta. A pesar de todo, corremos durante muchos tramos, hasta que al llegar a la carretera y empezar la subida, tiene un bajón y a sentirse mal, lo dicho, un deja-vu. De nuevo nuestras chicas están en este punto de La barranca, aunque no las esperaba esta vez y mas fotos, aunque quizá la cara no esté para fiestas. Al llegar al avituallamiento se tumba en un banco por el dolor de espalda, en ese mismo banco, otro participante se tumba en el otro lado, que bien vienen los bancos de madera, le doy medio vaso de coca cola y parece que se restablece. Seguimos la marcha hasta Cercedilla y cuando llegamos a la tierra corremos, en esos momentos va ella mas rápido que yo, ya he dicho que me veo lento y por fin llegamos a Cercedilla, kms 64 de carrera.



Paso del avituallamiento y me cambio de zapatillas y camiseta, esta vez la de SIMPLEMENTE RUNNERS, también de Korridor, me pongo  crema y relleno las botellas. Tato y Marchena están allí, el segundo desde las dos de la tarde que llegó con Ginés de Elche y el keniata, que deben estar llegando a Segovia ya, vaya tela; a pesar de que los sanitarios le dicen que no, el dice que la terminará andando con Natalia, Pedro Tato dice que le duele el gemelo y también se viene conmigo.
Comienza el último tramo de la carrera, algo menos de cuarenta kilómetros y tres lesionados me acompañan, cojo el chubasquero, la noche va a ser larga. Por mas que intentamos que Natalia coma, no lo conseguimos, a los cinco kilómetros y con setenta a nuestras espaldas, su cuerpo dice basta, lo que pasó en ese momento queda para los que allí estábamos, por suerte una persona se para y nos ofrece ayuda, no solo eso, les lleva hasta Segovia. Cinco iniciamos la aventura juntos, dos quedamos, y la noche empieza a mostrarse, con humedad, pero respetando el frio y la lluvia.
Subimos fuerte o eso creemos, de hecho nadie nos alcanza y nosotros vamos acercándonos a las luces que se ven delante, es lo bueno de llevar la luz roja trasera. Punto de control, no vi nada para avituallarse, pero tampoco necesitamos nada, no entendemos que hacía tanta gente allí parada. Tras un tramo un poco mas duro, la subida se suaviza y te dan ganas de correr, pero no lo hacemos, llegamos al mejor avituallamiento de la carrera y no porque hubiera caldo y café, sino porque allí estaba mi compañero del Ñ Juanjo, también Yoli, tres Ñ en la Fuenfría. Me pongo voltarén en los pies y le digo a Pedro que ahora todo es bajada hasta Segovia. Nos vamos lo más rápido posible y cuando pasa el tramo malo, nos ponemos a correr a ratos, veo factible bajar de dieciocho horas y lo voy  a intentar. Pasan las horas y los kilómetros y la meta no llega, es lo habitual, se hace pesado y el nuevo recorrido no ayuda, nos perdemos por seguir a otros corredores, que se habían perdido por seguir a otros corredores, era el km 90 y no era el mejor sitio para perderse, vamos campo a través por un terreno malísimo, hasta que vemos gente a la derecha y llegamos a su altura. Previamente había tomado un café en el penúltimo y nuevo avituallamiento, rellenado el agua y por primera vez en carrera, isotónica que pongo en una botella, le echo spray en el gemelo a mi compañero. Por mucho que uno vaya bien o regular, se hace pesado, son 102 kms según ellos y son muchos kilómetros, Segovia no llega, pero cuando lo hace, corremos toda la población, excepto foto final y...



Están todos los zumba@s esperando en meta, Jesús  su mejor tiempo de siempre, JJ, mejor marca de su vida, José Antonio y Ginés Macia, pulverizando sus marcas, mi mujer, mejor acompañante en carrera. Corremos y recibimos los aplausos, levanto los palos que llevo desde Colmenar( Km 27) y los choco, mi nuevo saludo se estrena, me abrazo con todos, recibo mi medalla, saludo a Anna y foto llegada con mi mujer de la organización. Me da una cerveza, me voy  a un banco y tengo mi momento, no se si lloro o me emociono, son siete carreras de cien kilómetros y en las siete he acabado perfecto, otra muesca en el cinturón y un nuevo compañero ha hecho su primera Ultra conmigo.
Se acaba MAGOVIA 2014 y me queda una sensación rara, quería hacer la carrera solo y al final la hice con cinco personas, me quedo con que podía haber tardado menos, me quedo en que todos se van y yo me quedo, hago lo que creo que tengo que hacer y solo me queda la duda de saber si alguien lo haría por mí. Está la voz que te dice que no cambies y la que te dice que tienes que pensar mas en tí, pero también está la que te dice que gracias a tí, muchos han llegado a meta.



Es mi opinión y seguramente otros pensarán que no es así, pero sigo creyendo en este deporte,a pesar de mis salidas de tono y mis cabreos con el mundo, pero como dice Paco Robles, en todas las carreras aprendes algo y yo de esta he sacado muchas enseñanzas, mas de las que quisiera.
Estoy contento, sin estar bien he bajado de dieciocho horas sin excesivo esfuerzo y la prueba es que al acabar  me tocó coger el coche y traer a los otros cuatro finisher a casa
Hoy leo que han descalificado a dos corredores por tirar basura, no lo se, he visto la noticia, pero no los nombres, yo mismo recogí un par de envases, pero en general se vio poca basura, mucho menos de lo acostumbrado, eso sí, el reglamento es de risa, algunos cargamos con todo lo obligatorio y luego ves gente que...bueno.
.
Dos semanas para Botamarges y sus 70 kms de montaña, pero esa, será otra historia.


domingo, 14 de septiembre de 2014

OPINIONES SOBRE TODO Y SOBRE NADA




De un tiempo a esta parte, no hago nada mas que leer cosas sobre la proliferación de carreras, mas bien sobre proliferación de Ultras, como si esto fuera un problema. En mi modesta opinión no es así, al contrario, pienso que es una bendición para los que nos apasiona el mundo Ultra, bien en asfalto, o en montaña. Por desgracia en asfalto hay menos pruebas para elegir y solo unos cuantos valientes se atreven a organizar carreras para nuestro disfrute.
Pero me voy a centrar en las denominadas UT. Creo que son pocas carreras de este tipo, de hecho hay muchas poblaciones que no tienen carreras así, sin embargo todas tienen sasnsilvestres o diez k o similares. Hasta que todas no tengan una o varias Ultras no pensaré en la saturación.
A quien perjudica que haya tantas? seguramente a los pross que es a los que mas oigo quejarse u opinar en contra, y a diversos organizadores que ven como al hacer otras y a precios mas asequibles, se les acaba el chollo, mas carreras, mas gente que puede incorporarse al mercado y por lo tanto, mas competencia.
Pero si que hay que tener cuidado en  determinados entornos protegidos, ahí es donde hay que ajustar y poner trabas a las organizaciones en forma de limitación o cumplimiento estricto de las normas.Pero que peligro supone al entorno, carreras como Ronda, Millas Romanas, Transilicitana, MAGOVIA y similares? casi ninguno, y además están fomentando  turismo en determinadas poblaciones que antes no tenían.
Hay carreras que cobran por ducharte, que no hay duchas y pagas inscripciones de cincuenta/sesenta euros, en fin de todo tipo y condición.
Es una moda el running? y cual es el problema, si al final hay gente que se queda, eso que se ha ganado, a veces parece que estorbamos a los que llevan mucho tiempo.
Conozco mucha gente que ahora no corre y que tiene 2,40 en Maratón, cosa que es casi imposible para casi todos, pero ellos ya no corren y sin embargo los que hacían cuatro horas están ahí todavía. Entonces quizá el problema sea la velocidad. Es como el chiste, no matan las balas, sino la velocidad que llevan.
En lo personal, este próximo sábado hago mi séptimo cien y mi  Ultra nosecuantos, noto que cada vez me queda menos en este mundillo, pero todavía daré un poco de guerra.

domingo, 24 de agosto de 2014

XIII MARATÓN "RIO BOEDO". El maratón de un novato.




kiko

sinichi


yoli

vilches

Un mes después de acabar el Camino del Cid y sin anestesia, me apunto a mi decimoséptimo maratón, y es que hay cosas que no cambian.
Aprovecho las vacaciones y una noticia que leo en Ultrafondo Rules, el día diecisiete se celebra el Maratón de Rio Boedo. Desde que empecé a correr en el año 2009, sabía de este maratón, quizá porque era pequeño como el de Ciudad Real, pero la distancia me echaba para atrás. Este año me pilla de vacaciones en Cantabria y a menos de dos horas, así se las ponían a ¿Fernando VII?. Eso sí, de la media ni hablar, estoy muy acabado como para doblar, eso en mis tiempos, pero ahora...
La inscripción la hago a través de la consulta de Gabriel Ruiz, el alma mater de la prueba, mas adelante se apuntan tres amigos, kiko, manolo y pepe gálvez, y es que esto es contagioso.
Llego a Báscones de Ojeda, el pueblo de las pastas, a las ocho de la tarde, está acabando la media, aunque pepe y kiko hace rato que acabaron. Saludo a los Ñ y resto de amigos que por allí andan y enseguida empieza la entrega de trofeos. Y quien se encarga del video, si, yo, enseguida me buscan trabajo y yo que no se decir que no...hago lo que puedo. Todos tienen su diploma, su regalo, su camiseta/polo, su podium, he dicho ya que era gratuita?.
De allí a montar la tienda, un desastre, pero entre Vilches y José me ayudan, la experiencia no solo es en correr. He dicho ya que era gratuita? con zona de acampada, con la casa de Gabriel a disposición de algunos corredores para dormir....
Después de no dormir del frio que hacía, y es que uno no está preparado, me preparo las cosas, bueno, que cosas? me he dejado las plantillas de las zapatillas en Santoña y no es cuestión de correr descalzo de golpe. Dudo de intentarlo, pero al final me pongo dos pares de calcetines y lo intento, tengo claro que si noto molestias (mas de las que ya tengo), lo dejo. Salgo con tirantes, parece mentira, aunque al ponerme los manguitos me confío en que no me roce, ya van dos probaturas. 

idoia

el flojo

Salgo atrás como siempre y es que para que voy a molestar, poco a poco voy cogiendo mi ritmo y voy adelantando, con miedo eso si, la idea es bajar de cinco horas por lo que yendo a seis treinta creo que llego, pero para qué ir a 6,30 pudiendo ir a 5,30, venga ya estamos en el lio. Llevo a Yoli delante, pero no hay manera de cogerla, el que si me coge a mi es Vilches que salió después y además hizo la media el día anterior. Son tres vueltas, aunque hasta que no termino la primera no se que es de doce y de quince las otras dos. Asfalto los cinco primeros, luego camino y otra vez lo mismo. Cuando llego al pueblo, creo que es el cuarto avituallamiento, he dicho que era gratuita?. A la salida me quito el cinturón, me aprieta y eso es señal de ..., pero aguanto. En la recta cojo a Yoli y Vilches, la idea es hacer con ellos el resto, faltan veintiocho kms y el ritmo es bueno. En esta segunda vuelta llegamos hasta otra localidad y eso significa, otro avituallamiento mas. Voy a gusto y escuchando a los dos cracks, no noto dolor e incluso por algunos instantes me planteo acelerar el ritmo, pero no lo hago, solo en la segunda llegada a Báscones me adelanto, pero por inercia. He hecho la media maratón en dos horas y sin despeinarme.Al llegar se queda VIlches, dice que no se encuentra bien, que luego nos coge, y así es. Vamos Yoli y yo, y lo que temía, ocurre, me tengo que salir a evacuar, cuando duermo en hoteles no me pasa, pero bueno, la cosa es bastante rápida. Al salir me adelanta Vilches, pero todo lo que había aguantado de dolor, se acaba, ya no aguanto el empeine, el talón izquierdo y los isquios cuando quiero acelerar, menos la planta del pie y los gemelos, me duele todo, además empieza el dolor de las rozaduras de la camiseta; la solución es quitarme la camiseta para desazón del público, que le vamos a hacer, algún XXL tiene que haber, me embadurno de hielo en spray por donde me duele y para adelante. 
supermanso, segundo

eva esnaola



Finisher Spartatlón, Angel de la Mata

Pepe
Sufro como un perro, como en Ceutí en mi último maratón, es quizá mas cuestión de cabeza, cuando he ido acompañado no he notado nada, pero tampoco llevaba mas de treinta kilómetros, que yo no se cuando fue la última vez que corrí tanto sin parar, cosas del ULtrafondo o excusas de ultrafondista. Ando y corro y a lo lejos veo a los Ñ, peor cada vez que aprieto para acercarme, zas, el isquio me avisa y ya sufrí en Málaga, por lo que no quiero que me pegue en mitad del campo. Coincido con Idoia Esnaola, pero mi ritmo es mas fuerte y cada vez corro mas y ando menos , creo que son las ganas de acabar y aunque dije lo de las cinco horas, la verdad es que me veía bajando de cuatro. Un nuevo personaje se aproxima y me extraña, no le había visto en la salida, la representación del maratón Cartagena y ya con él acabo la prueba con el fantástico crono de 04:38:01, con el aplauso del personal y mis explicaciones en meta. Al rio a bañarme y ....mejor no, meto medio cuerpo y a la ducha, que si, también había, he dicho ya que era gratuita?.
Entrega de trofeos por categorías y a todos los participantes, polo de vestir, pastas, trofeo y diploma. 
Pero esperar que aún hay mas, después de la entrega de trofeos, comida para todos, bebida para todos e infusiones para todos. 
Bueno, pues terminado un maratón que nunca tenía que haber corrido, pero ya está hecho y si hay consecuencias, me duele el tibial, pero siempre tiene que doler algo, que duela.
Próxima parada Madrid- Segovia, y esa seguro que es otra historia. 
Sureste


Siempre con amigos