101 KM DE RONDA: MISIÓN CUMPLIDA

Juan Manuel

Listas para dormir

Nuestra cama

Cena de la pasta

Alojamiento

Salida

A los tres kms.

En el Amazonas

Circuito Ascary

Por la mañana

Tras la batalla (Juanma)

Premio final

Participantes: 7000
Inscripciones: 13000
Marchadores: 2500
Grupos Marchadores: 600
Posición: 522
Tiempo: 15:22:00
No se como empezar, es la carrera más grande que he hecho en mi vida, la más larga, la más importante, la más dura; salir un día a correr y llegar otro es una experiencia que pocas veces se puede vivir.
El ambiente: Cuando llegas a Ronda ves que todo es diferente, el ambiente no es el típico de las carreras, ves soldados por todas partes organizándolo todo, ayudándote en todo, poniéndose a tu disposición, desde el último soldado del escalafón hasta el Coronel, todos viven su carrera y quieren quedar bien y lo consiguen; ahí no eres un atleta o un duatleta o ciclista, eres un caballero. El dorsal, la comida, los regalos, todo está organizado de forma sensacional por La Legión y los errores que puedan cometer se les perdona.
Llegué a Ronda el viernes por la tarde en compañía de Juan Manuel, al que conocí a traves de los foros y que era también para él su primera experiencia, para empezar nos equivocamos de camino y tardamos dos horas más; recogida del dorsal, pasaporte, cena de la pasta y arreglar lo del alojamiento en el pabellón, que es muy bonito y barato, pero duermes poco, a las cinco había gente preparando las cosas, el nerviosismo era general. Preparé dos mochilas con ropa y geles, con un frontal en cada una y que llevaron a varios puntos de la carrera, Setenil y el Acuartelamiento de la Legión, decidí correr con el cinturón y creo que acerté, llevaba agua y unos geles y pastillas, así como la cámara para inmortalizar el evento.
Una hora antes tienes que estar en la salida, con el pasaporte en la mano para todo y ves toda la pista de atletismo llena de bicicletas para el duatlón y la carrera de bicis, cuando salen después de unas palabras del General, todos nos ponemos detrás para iniciar la carrera, como si no fuese a durar veinticuatro horas. La salida es a las once y la hacemos lloviendo por lo que me pongo un chubasquero, salgo bien pero tengo que ir adelantando haciendo el primer kilómetro en ocho minutos y hasta el kilómetro treinta y cinco, habiendo hecho ya varios avituallamientos, no paré de correr, clavé mi previsión, las tres primeras horas correr a nueve por hora (con paradas), los 16 siguientes a ocho, con una subida de cinco kilómetros incluida y una parada para curarme una ampolla por la Cruz Roja en Arriate y que no me molestó más, buena cura. En este pueblo primer subidón de la gente del pueblo animando, hasta ese momento nos animaban los familiares que iban dando vueltas para animarles y alimentarles.Kilómetro 43, cinco horas, clavado, al final hasta la llegada a Setenil, kilómetro 59 y tras pasar por Alcalá del Valle, andando en las subidas y corriendo el resto, llegué a esta población y me cambié de ropa, teniendo escocido todo el muslo por el roce y la sal, pero no impidiédome correr, ahí paré unos quince minutos entre coger la mochila, cambiarme, cargar agua (el el 55 el camión no tenía ) y comer media tableta de chocolate que me dieron y seguir. Las seis y media de la tarde y llevaba cincuenta y nueve kilómetros, desde Setenil y hasta el kilómetro sesenta y nueve hice una media muy lenta, mucha subida y calor, en ese momento apretaba de lo lindo; en ese punto y en una bajada bastante pronunciada arreglo lo perdido y me lanzo para abajo corriendo y forzando de más las rodillas y los cuádriceps, pero había que hacerlo, se me hacía de noche y no llevaba frontal, llegando al Cuartel de La Legión a las nueve y media con ochenta kilómetros en las piernas y menos de once horas. Paro en el Cuartel lo justo, me habían avisado de no sentarme y ahí me di cuenta de por qué, te daban un caldo, pasta, postre, bocadillos, y si te sentabas no te levantabas; decido no cambiarme y cometo el primer error en la carrera, dejo el chubasquero que llevaba desde la lluviosa salida y me pongo un cortavientos, el frontal y debería haber seguido con el chubasquero colgado por si acaso; al final estuve unos quince minutos saliendo a las veintidós para afrontar lo más duro de la carrera en mi opinión, la subida a la ermita, una subida de noche y sin apenas luz, con más de trescientos metros de desnivel y con ochenta kilómetros en las piernas y recien comidos, eso sí, hice una subida bastante digna, otra cosa fue la bajada, sin luz no me atreví  a correr y ahí de nuevo aparecieron los legionarios, uno de ellos, el que estaba en benoajan me dio las suyas y así pude terminar la carrera, si no, pues supongo que en alguno de los bares del pueblo tenía que haber parado, Gracias caballero.En este punto y tras noventa y un kilometros y trece horas diecinueve minutos, de los cuales una hora y siete minutos estuve parado, el Garmin murió. Y si quieres arroz, dos tazas, del 91 hasta el 96, primero el camino al lado del rio, lleno de barro y donde no podías correr y pasé mucho frio, deseando sentarme y parar, pero hubiese sido mi perdición. Y otra subida, esta vez al puerto de la Cadena, del que no tengo referencias pero estaba muy alto; ahí tomé un café en el avituallamiento del 96 y para abajo, ya sin fuerzas para correr, íbamos bastantes marchadores , pero  ninguno corría, la última subida que nos esperaba nos había metido el miedo en el cuerpo y la inclinación no lo hacía recomendable. Y llega la última subida, ahí cada uno decía una cosa, yo lo único que se es que me puse a subir y eso no acababa nunca y llegamos a las calles de Ronda y allí había poca gente, a las dos de la mañana no iban a estar esperándome a mí, eso sí, cuando te vas aproximando al final que no llega nunca, la nariz me empezó a picar, los ojos empezaron a picarme y me emocioné; en la meta entré corriendo, me pusieron el ladrillo y los mandos de la legión me empezaron a saludar y dar palmadas, ellos sí estaban allí esperando. Cené algo, poco, tenía mucho sueño y estaba muy cansado y tiritando de frio, recogí la sudadera (la cuarta de kelme azul que me han dado) las mochilas y me fui a dormir unas horas; me duché y me dormí como un niño despertándome a las siete y media y después de hablar con Pedro Serna (me quedo sin palabras con él)y Dani me fui para la salida para esperar a mi compañero de fatigas que estaba entrando en la cuesta última, fotos y felicitaciones para los que iban llegando y ahí si me emocioné del todo, como la gente con veintidós horas en sus espaldas entraban corriendo y se abrazaban como si hubiesen ganado y es que en esta carrera todos somos ganadores y ahí entraban cojeando y llorando pero con la satisfacción de haberlo cumplido, porque el reto es hacer 101 kilómetros en veinticuatrro horas y como dice el más sabio de los ultramaratonianos que conozco; si no lo intentas o te quedas en casa, no sabes si lo vas a conseguir. Gracias Roberto (diez horas y media), que suerte tengo con la gente que me rodea en las ultras, Pedro Serna, el canario, los correors de elx josé julio, ramón, paco, navarro y sus estupendas acompañantes Marga y Ángela. Y para acabar, aunque esta carrera dará  más entradas, decir que a día de hoy no tengo claro si la volvería a hacer, quince horas solo es muy duro, pero me acordé de la palabras que me dijeron Pedro serna y  Raúl Guevara, el sufrimiento está en la cabeza y así fue, aguanté los dolores que iban surgiendo y cuando más me dolía, corría. Gracias por los consejos a todos, os debo una, sin vosotros y por supuesto mi mujer, estas locuras nunca las haría, pero se que confiáis en mí  y en esos momentos duros me acuerdo de todos vosotros y estoy deseando llamarla para que me de ánimos y que lo publique en facebook y viváis la carrera conmigo.