martes, 6 de noviembre de 2012

LOS ZOMBIES DE CAN DRAGÓ

     Arrastran sus pies sin remedio, con las miradas perdidas y los ojos en blanco. Cuando alguien pasa cerca balbucean y alargan sus manos temblorosas hacia ellos, pero no pueden alcanzarlos, es imposible seguir sus pasos, los zombies son lentos. Recuerdan con nostalgia, en el caso de que un zombie lo pueda hacer,  las doce de la mañana, cuando eran humanos y se reían, charlaban, comían y se hacían fotos, pero el paso inexorable del tiempo ha ido en su contra. De vez en cuando escuchan en el silencio, el ruido de una sirena y las risas de los humanos que están alrededor, por la Meridiana, por las calles adyacentes, pero ellos siguen arrastrando sus pies. Empieza a amanecer y los zombies empiezan a despertar, el sol que les destruye se convierte en su amigo, empiezan a quitarse sus ropas  húmedas de la noche pasada, se rien, miran alrededor y ven caras conocidas, tienen cura, ya no son los zombies de hace unas horas, han resucitado, ha aparecido el milagro del running, la otrora marcha arrastrando los pies se ha convertido en una marcha a ritmo de la música del estadio, el espeaker dice sus nombres y engordan de satisfacción. El facebook tiembla, se llama a las familias, "lo he conseguido", he terminado una prueba de 24 horas.

Esto que parece un cuento es una realidad, lo he vivido en Barcelona el año pasado y este año estoy cerca de volver a hacerlo, una prueba de 24 horas, el motivo y la razón de que haya estado haciendo Ultra tras Ultra, con una sola finalidad, llegar a tope a Can Dragó. Y aunque ahora estoy parado por molestias en la cintilla, el descanso me vendrá bien. Me motivan los 100 kms de Mérida que hice en 14 horas y con un perfil mucho más complicado y aunque no quiero hablar de cifras, está claro que superar los 143 kms es un objetivo.
  Y dar las gracias a los zumba@s por creer en mí y hacerme el homenaje que me han hecho el pasado domingo, que  a uno le entreguen una placa sus amigos por  el mero hecho de correr le llega a uno muy dentro de la patata, pero soy fausto y soy el duro, el que no llora en público y no lo hice, las lágrimas las guardo para cuando piense en todos vosotros en mis futuros retos, y eso si que va a hacer que os sintáis orgullosos de mí.

2 comentarios:

paches dijo...

SIEMPRE FAUSTO, LOS ZUMBA@S ESTAREMOS PRESENTES Y CONTIGO,UN FUERTE ABRAZO

paco dijo...

Que no pasa na por llorar en publico, tu mismo me lo dijiste una vez, ahora recupera y a estar a tope para esa otra "faustada" que tienes preparada. Un saludico.