miércoles, 20 de junio de 2018

RECORRIENDO CANTABRIA, VIENDO LA MUERTE DE CERCA, PERO NO TANTO.





Después de ver el facebook de Pablo Criado y preguntar unas dudas, cargo en el garmin una ruta por si me animo a hacerla, por desgracia no puedo cargar la primera etapa y es la segunda la que puedo cargar.
Con la lesión a cuestas todavía y a la espera de las plantillas nuevas(ya las tengo), hago varias salidas por Santoña, Cantabria, lugar de vacaciones desde hace 32 años, por desgracia, solo en la montaña no me duele el pie, por lo que hago unas cuantas salidas solamente.
Después de las lluvias y las dudas, decido hacerla el viernes 15, sin madrugar, saliendo a las ocho de Santoña y llevándome mi amigo Gustavo y mi mujer  hasta la salida, casi una hora de camino por carreteras ya famosas por la Vuelta Ciclista. Después de ver el famoso Río Gándara, lugar que recomiendo para ser visitado, porque Cantabria merece muchas visitas, me preparo para la salida





GÁNDARA DE SOBA-SAN ROQUE DE RIO MIERA

Según el track, son casi veinte kms y 1000 positivos, para hacer entre cuatro y cinco horas, recorriendo el GR 92, sendero que atraviesa toda la Comunidad , la Transcantábrica comienza.
Salgo desde el Centro de Interpretación y a los dos minutos, tengo que cambiar el recorrido, era mas abajo, dejando el pueblo y cogiendo en dirección al nacimiento del Rio Gándara, aunque tras un único adelantamiento, paso a unas veinte vacas, con precaución, las cagadas me taparían el pie si me cagan encima y sigo las marcas rojas y blancas, el día está tapado y la temperatura es ideal, los bastones los llevo en mi cinturón de lurbel y no decido sacarlos, El primer tramo es por tierra y piedras, hasta que llego a la carretera, allí tras unas pequeñas dudas, debo saltar el quitamiedos e ir paralelo a la carretera, el terreno está mojado y es incómodo, podría ir por la desierta carretera, pero quiero ser fiel lo mas posible al track, no me gusta hacer recortes, ni entrenando. De vez en cuando tengo que ir rectificando, la hierba tapa el camino en varios tramos.
Llego al Mirador del Asón y a partir de ahí, cojo un camino de tierra en buen estado, siempre subiendo desde los 371 metros de inicio , aunque me cuesta sacar los bastones, sigo cómodo, bebiendo agua y tomando una barrita a la hora larga del inicio. Llevo una sonrisilla tonta de felicidad por las impresionantes vistas y lo fácil del seguimiento, con bastantes señales que hacen imposible perderte. Puedo trotar un rato y grabar varias películas, aunque por desgracia, algunas se me han borrado o no le di al botón de la cámara para poder inmortalizar la salida aunque seguro que hay mas personas que la tienen grabada. En varias ocasiones hago amago de girar hacia una pared de piedra natural , pero prefiero ir a lo seguro al no conocer el terreno y sabiendo que alguna sorpresa me encuentro.









Giro inesperado a la izquierda dejando el camino y voy por la falda de una montaña, siempre subiendo y no viendo tanta altura en el GPS por lo que pienso que debo estar acabando la subida. Me introduzco en un bosque cerrado y sigo maravillado con lo que veo encontrando marcas cada cierto tiempo, hasta que al llegar a una casa de piedra, me despisto y acabo dando vueltas durante un rato sin encontrar el camino, hasta que al final veo arriba, ya me parecía a mí que no había subido lo suficiente, una señal, por lo que monte y piedras a través, subo, viendo en ese momento el camino perdido y que me puso nervioso por primera vez.
Estoy solo, a mas de mil metros de altura y sin saber que me depara el camino, estoy disfrutando como hacía años, con unos paisajes de hayedos y de otras maravillas que no diferencio, con la sola compañía de grupos de caballos y el ruido de cencerros de vacas y cabras, que miran con sorpresa al tipo que les saca de su plácida existencia. 
Ocho kilómetros  vuelvo a meterme en un bosque, mas cerrado, mas bonito, mas impresionante, mas...oigo un ruido, pero no veo nada, menos mal que el miedo lo perdí en otra època de mi vida, pero acojonaba y me imaginaba a Jaime el barbut, versión cántabra por la zona.
Salgo del bosque, mirando para atrás de vez en cuando, no sea que haga tapón a alguien y veo nieve, en mitad de junio, por lo que me voy hacia ella, esta vez si que paso del track, escuchando a su vez cencerros al otro lado, aunque lo que empezaba a ver era una niebla espesa que se iba cerrando en torno a mí y dejando de ver las posibles marcas, ahora si era track puro y duro, variando el recorrido, que podréis ver al examinar siguiendo el enlace de wikiloc que he hecho.
Dos grandes cuevas, al estilo de las que sacó calleja en su reportaje sobre esta zona, hacen que me entre un poco de vértigo, una está cerrada, la otra, no se ve el final a través del agujero.

Y cuando miro el reloj veo que me he desviado unos metros, pero no veo el camino ni lo que tengo al lado, me entra un poco de pánico controlado y subo, bajo, voy hacia adelante, hacia atrás, buscando el lugar por donde alguien marcó el recorrido. Si se viese algo, me hubiera lanzado, pero la niebla hace que vea solo a unos veinte metros y  no sepa si es un abrupto desfiladero o una suave colina lo que tengo delante, solo se que estoy a mas de 1400 metros de altura, solo, en terreno desconocido, pero con agua, comida y dos teléfonos para acojonarme por estas menudencias, las pulsaciones no me han subido, está todo bajo control. Y por fin, tras pasar por entre dos rocas, doy con el recorrido marcado, ya digo que eran solo unos metros, pero suficientes para no verlo, además de la hierba que lo tapaba.
Por fin respiro y bajo, con mucha precaución, está mojado y prefiero no arriesgar, hasta que la niebla se hace menos densa y puedo volver a coger el camino con tranquilidad, pero impide poder hacer fotos del recorrido, una pena, es una bajada muy larga, en zig zag, por un buen terreno.
Cuando llego a un camino de asfalto, aprovecho para llamar a casa y decirles que vengan a San Roque a recogerme, me faltan apenas cinco kilómetros, por estas cosas de la cobertura no me llaman y no se si vendrán a comer o solo a recogerme. En este tramo  y tras unos quince kms se ven casas y de vez en cuando algún tractor se escucha haciendo su labor. 
Llego a Pila y tras una duda, pregunto a unos paisanos que me señalan el lugar y me comentan algo, no me enteré de nada, posiblemente eran extranjeros.

En este último tramo, al lado de una valla con alambre, la cual tengo que saltar en varias ocasiones y que hicieron que mis piernas parezcan cualquier cosa, paso otra vez un mal trago. Otra vez la misma situación que arriba y la valla me impide ver el camino, por lo que recuerdo que he cresteado el bernia y unas hierbas no me van a asustar, tirando los bastones hacia abajo y con el culo en tierra, me fui desplazando poco a poco hasta que vi el camino que se supone debería haber cogido y que la valla impidió que viera.
Ya en la carretera puedo volver a correr tras las mas de cinco horas de camino y llegar al pueblo y final de etapa. Llamo a mis taxistas y no me cogen el tf, por lo que opto por sentarme en un  bar y tomarme un tercio, sorprendiendo a los lugareños con mis pintas y mas cuando les dije lo que había hecho. Al rato llegan mis conductores y los paisanos que me habían indicado el camino, no siendo extranjeros, sino pasiegos a los que no entendí, una sola palabra.
Si digo que es la mejor salida que he hecho, puede que sea exagerado, si digo que no pasé miedo, sería un atrevido, pero lo que si puedo asegurar, que la próxima etapa, la tercera, ya está cargada en el reloj, deseando volver para terminar esta transcantábrica en las etapas que haga falta, no tengo prisa, soy joven


3 comentarios:

ALBERTO dijo...

Preciosa tierra Fausto.
Una alegría el verte en Santander.
Un abaro y espero que pronto volvamos a compartir Kms.

paco dijo...

Pisar mierda no es malo jeje y muchas veces digo en broma aquello de que "te va a salir un oso y te va comer"...pero por esas zonas si es posible te salga. Un saludico.

ramonet dijo...

Que barbaridad de paisajes, que suerte tienes de disfrutar de ellos, bien por ti!!