CARRERA DE MONTAÑA DE LA SERRA DEL COTO

Dura, muy dura, para mí la más dura que he hecho en los dos años que llevo corriendo. Sube, sube y cuando creías que no podías subir más, otra cuesta, si dura un poco más me voy con la ambulancia, esto es broma, aunque sea a rastras no abandonaré una carrera.
Salimos por la mañana, mi mujer, José Antonio y yo camino de las Casas del Señor, pedanía de la localidad de Monóvar, localidad que vio nacer al gran Azorín, por lo que estamos hablando de palabras mayores. Al llegar a la pedanía se observa la gran cantidad de ilustres que andan por allí, los habituales de la montaña, clubs que solo ves en estas carreras y que se conocen todos, nosotros tenemos uno de ellos en el Club, el gran Fernando López de Annapurna, que para entrenar sube el kilimanjaro, pero además tenemos dos cracks en ciernes en estas lides montañeras, cuando se acostumbren a  las bajadas, José Antonio y Víctor.
Para recoger el dorsal, DNI, que la montaña es muy seria y no se anda con bromas.
Y salimos a las diez en punto como alma que lleva el diablo, ¡qué prisas!, luego lo entiendes, hay que coger posiciones para la primera subida ya que subes de uno en uno y te paras algunos ratos, una pena porque es cuando estamos fuertes y ya empiezas a parar (nota a tener en cuenta para el año que viene), seguro que al gran Pedro Serna (una semana después del maratón) y a Frutos no les ha pasado. Empiezas a subir y te dicen los expertos que la dura es la segunda, ¿y esto que es?, bueno ya hemos llegado y calculo que iré en la mitad, y entonces empiezas a bajar y te tiras bajando un montón de kilómetros, y te acojonas, porque piensas, si bajo tanto, más tendré que subir, ahí me encuentro con Toni haciendo fotos y varios fotógrafos más, espero haber salido guapo, ahí todavía iba bien. Punto de avituallamiento y para arriba, empiezo corriendo y a parar, hay que subir andando, y subes y subes y subes y empiezas a recoger cadáveres y las piernas te dicen que por qué ayer no te quedaste en casita en vez de experimentar con ligas de otras provincias y veo a  mi amigo rafa que me dice lo mismo, que por qué nos dedicamos a esto en vez de jugar al parchís los domingos y entonces te das la vuelta y ves por qué lo haces, una serpiente multicolor que diría el gran Perico Delgado, por delante y por detrás y unas vistas que ningún urbanita verá jamás, pero estaba yo para vistas; miro a sansón y me dice que van 10 kilómetros, pero si llevo subiendo una hora!. Pero todo acaba y llegamos a la cima y para abajo, pero las piernas no van como quisiera y me adelanta el gran Francisco Navarro con el cual coincido en el avituallamiento del 13 y Vicente, haciendo un grupo para ir a por la tercera subida, pero yo bastante tengo con bajar a mi ritmo y ves que puedes ir a un ritmo decente y aprovechas para tirar, ahí me encuentro con josé ramón de elche que me dice que va tocado de cuádriceps, pero sigue para adelante y yo aflojo el ritmo, intentando llegar a la última subida con fuerzas. Y llego a la última, y no era una subida, eran varias encadenadas y ahí vamos un grupo, andando y corriendo a ratos y me pasan mi colega del gimnasio, fresco como una lechuga y María Lourdes y seguimos para arriba y volvemos al punto de avituallamiento y te dicen, ya está, se acabaron las cuestas y para abajo desde el 18 hasta la meta, a ratos andando y  a ratos corriendo, hasta que escucho la música y acelero y entro en meta como si viniera de excursión, saludando al personal y sonriendo para la foto. La excursión más dura de mi vida y hoy digo que no la volveré a hacer más, pero eso es hoy, mañana estaré contando los días para desquitarme. Aunque ahora me pongo a mirar la clasificación y no salgo, solo faltaba eso después del tute que me he pegado.
Iba  a decir perfecta organización, pero no, han tenido un error de bulto despistando a mi compañero y mandándole por otro camino y menos mal que es honesto y se lo ha dicho a la organización y ahora con las clasificaciones lo mismo y he oido como ha pitado por el punto intermedio.
Buena fiesta con un gran refrigerio final y un ambiente extraordinario como lo son estas carreras de montaña.