Yo fui loco, y ya soy cuerdo: fui Don Quijote de La Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Qijano El Bueno.
Cinco días en Ciudad Real me ha devuelto a mis orígenes y a mi amor por Don Quixote.
Después de la carrera de Carrícola y la buena experiencia que allí pasé, tocaba pensar en Mérida y sus LXVII Millas romanas, una nueva carrera de cien kilómetros para seguir mi rutina de doce meses doce ultras; Barcelona, Valencia, Madrid, Mérida, Ronda, probablemente Zaragoza y habrá que buscar una para Julio, El Veleta, Madrid-Segovia, Botamarges, otra para noviembre y Barcelona de nuevo, por medio unos cuantos maratones...fausto fausto despierta.Pues no, no es un sueño, como mi venerado Alonso, tengo ese punto de locura que me hace enfrentarme a las cosas sin pensar demasiado, y como él, tengo a mi Dulcinea, aunque la mía es de carne y hueso.
Aprovechando unos días de descanso hice el viaje desde Ciudad Real a Mérida en compañía de Manolo Rico y Francisco Bravo, dos murcianos, ellos si hicieron el recorrido del tirón, ya en la capital extremeña coincidimos con un cartagenero y así el sureste estaba una vez mas representado.
Recogida del dorsal y el pasaporte en el polideportivo y una sensación rara, muchas mochilas y muchos bastones, por un momento pensé en una carrera por montaña; al recogerlo me doy cuenta de lo cerca que he estado de quedarme sin dorsal, por los pelos. La carrera tenía dos modalidades, una la que hice yo de 100 kms (LXVII millas romanas) y otra de XXX millas que salía a las diez de la mañana. Nos dirigimos a la salida que estaba en la plaza de españa y allí comienza la historia.
DE ILLICE AUGUSTA A EMERITA AUGUSTA PASANDO POR ORETUM
Mérida huele a antiguo, a películas de romanos, a Hispania, a una ciudad bimilenaria, se respira en sus calles, se nota en sus gentes y se aprecia en sus monumentos, es una vuelta a nuestros orígenes, si encima está llena de lusitanos, uno ve a Viriato luchando por su tierra, por el principio de nuestra historia; si además en la carrera llega un grupo de pretorianos desde Sevilla con sus pertrechos, uno ya no sabe que pensar; pero cuando nos reunen a todos y nos dicen que miremos al cielo, que nos van a fotografiar desde arriba, uno vuelve a la realidad, las mallas que llevo no son los pantalones de Trajano, mi camiseta no es en honor a Galba, estamos en una carrera, en una carrera dura, en una carrera de LXVII millas romanas.
LA CARRERA
He de decir que esta carrera es peculiar, hay un máximo de 24 horas para hacerla, pero no puedes tardar menos de doce, lo que en principio puede parecer lógico, no es competitiva, la hace especial y me explico. Por unas obras nos acompaña Policía Local durante un tramo hasta que comienza la andadura hasta el primer punto de control, llevamos un pasaporte y nos lo tienen que sellar en cada punto, pero yo no sabía que había un tiempo para hacerlo y cuando llego al km 6 (Aljucen) tengo que esperar varios minutos, vamos más rápido de la cuenta, algunos, otros mas inteligentes o que se sabían las normas mejor que yo, llegan mas justos y apenas esperan, bueno sí, les toca hacer cola. Volvemos por el mismo sitio, por lo que nos cruzamos con todos los participantes, unos con sus bastones, otros andando, otros trotando, pero todos con sus frontales, la salida es a las nueve de la noche y el paseo es espectacular, al lado del rio que veo brillar en todo su esplendor. El siguiente punto de control es en el km 18 (Alanje), me uno a un grupo ya que al ir bastante rápido no me fijaba en las marcas y prefiero ir con gente, vamos a poco más de cinco, cruzamos el puente sobre el rio, larguísimo y precioso y cuando llego a sellar me dicen que tenemos que esperar diez minutos, otra vez me pasa, creo que iba el tercero o el cuarto. Aprovecho para comer dulces y beber agua, me sellan el pasaporte y aflojo el ritmo, el siguiente punto es en el polideportivo (km 27) y allí me quiero cambiar de ropa; en eso me dice un participante que no hace falta aflojar que en el poli puedes aprovechar el tiempo y así sigo. Me cambio de ropa y salgo en unos diez minutos. En este punto pasamos del primer recorrido denominado "Rio Guadiana" al segundo circuito, "proserpina". Salgo del polideportivo y fijándome en las señales comienzo a regular, la carrera es cómoda, pero son muchos kilómetros y la experiencia me dice que cuidado, vamos adelantándonos un grupo de corredores, entre ellos muchos portugueses y la dificultad del terreno al ser de noche hace que un compañero caiga al suelo, por suerte son solo rozaduras en la cara, extremo las precauciones debido a mi habitual torpeza y después de varios tropezones llego al siguiente punto, km 37 (Ctra. Mirandilla), ficho y a seguir. De vez en cuando coincido con Paco, se le ve fuerte, le digo que ande en las cuestas, pero sigue a su ritmo, yo si ando cuando se nota, a veces al ser de noche no se aprecia la subida; desde mirandilla al siguiente vamos por el lago de proserpina, un lugar que tiene pinta de ser precioso, pero la noche y van ya cinco horas de carrera, hacen que no lo vea con todo su esplendor. El punto de control del lago es el km 44 (proserpina) y ya coincido con un compañero de batallas de Valencia y de próximos retos. Cambio la luz al frontal y camino de la ciudad, pasamos por el centro y la gente nos mira con cara de "de donde coño salen estos", yo en el otro paso ya había tenido unas palabras con el tonto de turno, no queréis correr, no lo hagáis, pero dejarnos hacerlo a los que nos gusta; llegamos de nuevo al polideportivo de Diocles (km 55) y me vuelvo a cambiar de ropa, la noche nos está respetando en lo climatológico, pero no me fio, se que voy a empezar pronto a andar y prefiero abrigarme, cojo la malla larga y el chubasquero y dejo el cinturón y lo cambio por la camelback, puedo llevar los guantes y la cámara de fotos para cuando amanezca, he tardado veinte minutos. En compañía de mi colega iniciamos la marcha del tercer recorrido "el de los pueblos", con cuidado y fijándonos en las marcas, a pesar de ello nos equivocamos, pero pocos metros, vuelta a lo andado y adelante, pero no voy bien, me noto molestias en el estómago, creo que el problema es tanto dulce, le digo que se vaya y ando mas que corro, aún así hago todos los kilómetros entre ocho y nueve minutos, no está mal. Este punto es el mas largo, tenemos catorce kms hasta el siguiente avituallamiento y ya empiezan a caer unas gotas, me pongo el chubasquero por encima y ahora es mi amigo el que se resiente de la rodilla y se queda. Llego a Mirandilla (km 70) y ya está lloviendo, sin ser exagerado se nota el frio y el ambiente se carga de humedad, en el avituallamiento hay gente sentada con mantas, solo como unas galletas y bebo agua, no quería comer, pero me han convencido, a la entrada del pueblo veo a paco que sale y me dice que va bien, buen debut en la distancia. El siguiente control es en el km 83, San pedro de Mérida, pero después de nueve kilómetros, en Campomanes, me equivoco de camino, voy solo, nadie por delante y nadie por detrás, me doy cuenta cuando llevo dos kilómetros, pero si vuelvo, solo de pensarlo me da algo, confío en mi instinto y veo pisadas en el camino, si no es de la carrera puedo acabar en Cáceres, miro el mapa y veo que era un cortijo el punto donde debía girar, a lo lejos veo uno y me voy hacia allá, el garmin es el que va a decidir el error, me cruzo con un paisano y le digo que me he perdido, me dice que no, que delante van algunos, que siga recto; cuando llego a un cruce de caminos y veo las balizas, casi me da algo, me entran ganas de llorar, ochenta kilómetros, diez horas de marcha y casi tengo que llamar a la organización. A lo lejos veo el pueblo de San pedro de Mérida (km 83) y este me recibe con viento, lluvia y un vendaval impresionante, casi me paso el control, estaban dentro del coche y pasaba de largo, cojo agua y bebo un zumo y cojo marcha para el siguiente punto, me dan ánimos y me dicen que voy sobre el veinte, que los han contado cuando pasaron los anteriores, consiguen animarme y desde allí hasta Trujillanos (km 90,86) me cae la tormenta mas grande que he visto en mi vida, no puedo correr, el aire me echa para atrás, además hay una subida importante, me llaman Manolo que ha abandonado y mi mujer, no puedo hablar del aire que hace, además casi no podía ver las señales, es un suplicio y quedan diecisiete kilómetros, pienso que van a ser los más duros de mi vida, de piernas estoy bien, la cabeza todavía no se ha ido, y cuando suena el móvil y escucho la canción de Tierra santa, "mejor morir en pie", mi tono de llamada, hago de tripas corazón y como puedo tiro para adelante, desde la autovía los coches pitan, veo la señal de salida a Trujillanos, 1500 metros y pienso que ya está, pero no, hay que girar a la derecha y luego otra vez y para el pueblo, que largos se hacen con lo pequeños que son. Cuando llego al que va a ser el penúltimo sello, llega el fotógrafo de la organización y consigue sacarme la única sonrisa de la jornada, para las fotos hay que sonreir; yo pensaba en bajar de quince horas y veo que no va a ser posible, en ese punto el garmin se apaga y yo también, sigue lloviendo, los últimos diez kilómetros han sido en asfalto y me duelen las rodillas y el alma, pero no he ido a Mérida de turismo, pienso en toda la gente que está esperando mis noticias y saco la cámara de fotos, al poco deja de llover y vuelve la tierra y vuelve fausto, aunque esté lastimoso hago todos los kilómetros en nueve minutos a pesar de ir bastante rato andando. Sale el sol y el viento arrecia, pero veo Mérida al fondo y son nueve kilómetros que hago corriendo casi todo el tiempo, aunque parezca mentira no estoy excesivamente cansado, he regulado bastante bien, en el momento que mi cabeza reacciona puedo correr, de hecho al llegar a Mérida la gente me mira como diciendo "de donde sale este tio", voy haciendo fotos y espero llegar a la plaza, pero no veo señales y voy por instinto, espero escuchar música, pero no hay, espero cruzar el arco de meta y tocar mi guitarra, pero no hay arco; cuando entro en la plaza hay algo mejor, están manolo y paco que ha llegado un rato antes y los organizadores, firman mi último control, me dan el diploma y lo que he ido a buscar, mi miliario, primero que consigo y espero que no sea el último; al final poco más de catorce horas y un nuevo reto conseguido.
COSAS POSITIVAS: Yo, que cojones, me lo merezco, he hecho solo los últimos treinta kilómetros, con unas condiciones adversas como nunca y he seguido luchando, no me he quedado en algún avituallamiento a esperar que pasara la tormenta, si he hecho así diez kilómetros, eso que he ganado. Paco, en su debut y aunque al final ha sufrido, ya tiene su primera carrera de 100 terminada, un crack. Y como no, el abuelo, Manolo Rico, con molestias estomacales toda la semana ha intentado hacer la prueba y aunque no ha podido terminarla allí estaba para apoyarnos, que grande.
COSAS NEGATIVAS: Yo, que tonto, si se que no debo tomar tanto dulce por qué lo hago; por qué no me acoplo a alguien y no hago todas las ultras solo.
PLATAFORMA PARA EL ABARATAMIENTO DE LAS CARRERAS POPULARES: Me han dado de comer, me han dado de beber, me han dado un maravilloso trofeo y encima me han dado una camiseta, para mí es suficiente. Un DIEZ.
COMENTARIO: No se si recomendaría esta carrera para hacerla corriendo, creo que es una prueba para hacer andando, no es demasiado dura aunque me salen mas de dos mil metros de desnivel. Lo duro es hacer tantas horas de noche, además como estás fuerte te entran ganas de correr y puede ser peligroso para los que no levantamos los pies del suelo, aunque por otro lado haces técnica de carrera al levantarlos para evitar las caídas. Por poner una pega, hay varios puntos de señalización que pueden ser mejorados, pero si te fijas bien, supongo que el que falló fui yo.
Y ahora a pensar en el siguiente reto, el MARATÓN DE MONTAÑA DE VALENCIA el próximo domingo. Y además hablaré de dos monstruos, bueno tres y un reto de 24 horas que han hecho.
8 comentarios:
Fantastico y sin palabras ¡¡ mas que D.Quijote a partir de ahora serás el Sr. de los Kilómetros ¡¡
Enhorabuena ¡¡¡ amigo
estas hecho de otra pasta, impresionante, con los pelos de punta que me has dejado, me quito el sombrero Don Fausto, enhorabuena
de mayor quiero ser como tu, jejejejeje. Bonita ciudad y muy buena carrera don Fausto, ya eres un ultra.
NO TIENES LIMITE, FAUSTO, Y LO QUE VEO ES QUE LA CABEZA, CADA VEZ LA CONTROLAS MAS, QUE ME IMAGINO QUE EN ESTOS ULTRARETOS, ES LO MAS IMPORTANTE.
UN ABRAZO Y ERES IMPRESIONANTE
Enhorabuena. Acumulando grandes kilómetros y memorables experiencias!!
Bonita cronica, que bien lo describes. Un saludico y felicidades D.Fausto de la mancha.
Olvídate de dulces, en las ultras lo que entra bien es la cerveza, que no es que aumente la velocidad pero te los pasas mejor. Hazme caso.
Un saludo Quixote.
Como disfruto leyendo tus crónicas...esta la tenía apuntada para cuando sea mayor y me atreva a debutar en las ultradistancias.
Gracias campeón, por dar rienda suelta a nuestras ilusiones
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