Después del periplo cántabro tocaba La Mancha, salida a las 20 horas en dirección a La Atalaya, lugar donde se desarrolló mi infancia y lugar al que nos llevaban siempre de excursión en el Colegio, a tres o cuatro kilómetros de Ciudad Real y en subida constante hasta el lugar subiendo desde los 635 metros de salida hasta los 712 metros en su punto más alto. Ya en el parque vuelta completa por sus sendas, encontrándome con un grupo de corredores veteranos a los que me hubiese unido, pero estaba con buenas sensaciones y había que aprovechar. Al final 15 kilómetros a una media de 5,10 que espero que me sirva para no perder la forma, pero creo que tengo poca gasolina para aguantar una media como la del sábado, ya veremos. Para terminar, ayer 30 minutos en pista aunque sigue mi maldición en este terreno ya que siempre que voy algo me impide entrenar en condiciones, ayer el cansancio, pero ya llegará. Ahora me estoy haciendo el ánimo para correr a las 22 horas (hora de salida del 24) y hacer la última salida y si no, pararé hasta la carrera y después ya veremos.
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