MAPOMA, CRÓNICA DE UN SUEÑO

No se en que año sería, siempre he leido mucho deporte, pero la primera gran carrera de la que oí hablar fue de esta, nunca me planteé correrla y solo las circunstancias han hecho que la corra, no era un objetivo, pero era necesario tenerla en el currículum y más, siendo la última edición.
Si empiezo de forma cronológica, empezaré por criticar a la organización y la bolsa que nos han dado, lamentable; el guardarropa penoso, cuando yo llegué y no eran las 8,30, ni aunque lo fuesen, ya se había ido mi camión y tocó cargar con ella a los familiares.
La carrera, impresionante, el ambiente, el lugar de la salida, el recorrido, todo en general maravilloso, duro, pero maravilloso.
Me coloco entre la zona de 3,30 y 4/00, primer punto a mi favor y así no tener que adelantar más de la cuenta, lo malo es que todo el mundo piensa lo mismo aunque vayan a hacer cinco horas; tardé tres minutos en salir aunque en principio me pareció menos. En el kilómetro cuatro y con veinte minutos paso el globo de las cuatro horas, bien; en el ocho paso al de tres cuarenta y cinco con cuarenta minutos y algunos segundos mios, no reales, bien, con esto ya mejoro mi marca de Ciudad Real; voy como un reloj, cinco,cinco,cinco, cinco, qué me pasa, las piernas no van bien; oigo a la gente nombrar el globo de 3.45, no puede ser, me ha cogido, si voy a una media de 5,05; hablo con ellos y me dicen que van rápido, que luego en el 35 bajarán a un ritmo de 5,35 en la parte dura; voy con ellos y paso al media maratón en un tiempo oficial de 1,50, en mi reloj, 1,47, es cuando me doy cuenta que no voy tan mal, que es solo que el globo va más rápido, voy con ellos hasta el kilómetro 25 y ahí empiezo como en los 100 kms a notar el empeine, pero sin demasiada importancia, cojo vaselina y empieza el segundo problema, siento hambre, nunca me había pasado, bebo más que nunca, agua e isotónica, con los difícil que es beber en vaso. Y como en un Vía Crucis, primera  parada, reflex en los cuádriceps para prevenir, los notaba un pelín calientes, el empeine empieza a preocuparme, paro de nuevo, me quito la zapatilla y loos chicos de los patines (qué labor tan maravillosa) me echan en todo el empeine derecho, sigo y por la Casa de Campo lo paso fatal, del kilómetro 28 al 30 voy más andando que corriendo, echo cuentas y todavía tengo márgen, no me preocupo, voy a 140 pulsaciones y no me siento cansado, solo que no voy; me vuelvo a parar y esta vez me echo reflex en el otro pie, cada vez que pisaba fuerte veía las estrellas (tenía que haberme echado a la vez en los dos) y llega el punto culminante de la carrera, yo me veía entrando en meta entre cuatro treinta  y cinco horas, por supuesto no pienso en abandonar. Y llega el Vicente Calderón y aprovecho para intentar aflojarme las zapatillas, el dolor me estaba matando, al subir el pie al puente tengo una rampa en el abductor izquierdo, me tiro al suelo y consigo después de unos minutos estirarlo. Sigo hacia adelante y me viene la primera crisis, me pongo a llorar de rabia y sobre todo pensando en lo que quedaba y en ese momento pienso en mi familia, en los héroes de la Vuelta Castilla La Mancha, en el trozo de tela que llevaba guardado, miro al cielo, me di dos golpes en la cabeza y en la parte más dura empiezo a tirar, de tal forma, que incluso hay gente que aplaude  a mi paso, y voy animando a los demás y adelanto y avanzo y me pongo a 4,30 durante una subida durísima y después mantengo el ritmo a poco más de cinco y voy camino de la meta y ya no paro más, me voy animando, como estoy decansado relativamente, mi cabeza gana  a mis pies que ya no me duelen y adelanto corredores y esta vez lloro de alegría, lo voy a conseguir; y en ese momento en el kilómetro cuarenta, saco la tela con el nombre de GERARDO y el público lo va nombrando, va por ti gerardo repiten y los fotógrafos reaccionan y nos fotografían y llega el 41 y allí está mi Dulcinea para terminar de darme ánimos y llego a la meta, larga meta por cierto, corriendo como un poseso (un poseso de 5,30) y mi segunda maratón acabada, durante mucho tiempo fue MATOMA, pero al final fue el día más maravilloso y la carrera que casi con toda seguridad recordaré durante más tiempo. El poder pasar por la Puerta del Sol, con la gente a ambos lados como un ciclista subiendo el tourmalet es una sensación que no se si volveré a vivir, la calle Mayor, la Castellana, príncipe de vergara, recoletos, la casa de campo, el calderon, el santuario Blanco, el todo Madrid, el centro y luego hay carreras que te mandan a descampados por no cortar la ciudad.
Recogida fria de medalla conmemorativa, te la podían poner, pero bueno, es lo que hay. Al recoger las viandas, un desastre, casi era mejor ir  a por la ropa, pero es otro trámite de las carreras y hay que cumplirlo, barritas, fruta, cerveza SIN (imperdonable, donde esté el camión de Estrella Levante...), cocacola, frutos secos, etc.
Felicitar a mis compañeros de Club Juanda, Toñín, Vicen y Víctor por su estreno maratoniano, José Antonio por su gran carrera y a todos los que han corrido y han vivido esta Maratón, la Maratón, por supuesto  a Ramón, le vi fugazmente, Héctor, Moratinos, angelín, los tragamillas, SuperDoris, Rafa, Correors de elx y a todos los que a pesar de los pesares consiguieron sus sueños y a los que quisieron intentarlo.
Me voy con una sensación agridulce, mi tiempo oficial de 4,09 y real de 4,06, no era mi maratón soñada, pero viendo como se dasarrolló me doy por satisfecho, solo falta convencer a mi cabeza en esos momentos duros que puedo dar mas de mí.